500 años de resistencia. Un relato anticolonial

Juan de Dios Gómez Ramírez / Binigulazáa

Esta visión de que existen múltiples Oaxacas y de sus permanentes contradicciones sociales y culturales han cumplido cinco siglos.  17 Oaxacas con historias, lenguas y formas de expresión social, política y artística diferentes, pero solo una impone su lengua, su política, su religión, sus intereses a las demás Oaxacas por las buenas o por las malas, así ha sido desde hace medio milenio. Tiempo en el que han prevalecido diversas formas de resistencia de los pueblos originarios (las otras Oaxacas), por defender y proteger sus formas de vida, de gobierno, de sus ancestrales territorios, de sus espacios sagrados, de sus lenguas y de su cosmovisión sobreviviente a los embates doctrinarios del cristianismo, en sus diferentes modalidades.

El movimiento de resistencia indígena en la historia de México ha sido aparentemente discontinuo porque se hace presente en diferentes ámbitos de la vida social, dentro y fuera de sus comunidades. A veces con acciones fuertes contra las instituciones que representan un Estado que los subordina y les merma su limitada autonomía, otras veces en acciones casi imperceptibles para los antropólogos y etnólogos y demás informantes y analistas de un Estado hegemónico.

La lucha de resistencia de los pueblos originarios se presenta en muchas facetas de la vida, desde la persistencia del uso de las lenguas maternas, las fiestas, el mercado tradicional, los vínculos familiares, la religiosidad sincretizada y fuera del control de la iglesia, hasta la férrea defensa del territorio, los sistemas agrícolas y las formas de gobierno tradicional. Las contradicciones con el gobierno o la sociedad occidental, pueden tender a provocar acciones radicales y audaces, que generalmente son sometidas con la violencia institucional amparánda en la manipulación de las leyes que jueces, magistrados y parlamentarios retuercen a favor del autoritarismo, aunque presumen de tolerancia y conciliación.

A Finales de la década de los años 80s, el gobierno mexicano, el de los Estados Unidos, el Vaticano y países europeos planearon realizar pomposos festejos a los que llamaron eufemísticamente “Encuentro de dos mundos”, pero no solo fue una iniciativa soberbia, sino ofensiva para los pueblos originarios, a quienes no sé consultó, y solo se les consideró como elemento de utilería como los festejos que acostumbran. Esta iniciativa dejaba traslucir un pensamiento colonial dominante en la clase política nacional, la iglesia, los sectores empresariales e incluso de algunas universidades y académicos destacados como ideólogos liberales al servicio del gobierno.

Un número importante de organizaciones e intelectuales indígenas del país, se habían venido organizando de manera independiente al gobierno, quien desde el sexenio de Luis Echeverria se había intentado organizarlos a través de la conformación de los Consejos Supremos indígenas en cada estado o por cada “etnia” como le llamaban entonces los antropólogos institucionales a los pueblos originarios y que los propios intelectuales indígenas de aquel tiempo, se habían apropiado del término para diferenciarse de los no indígenas.

La lucha por la defensa de la tierra, los abusos de autoridad y crímenes contra líderes indígenas a manos del gobierno y particulares, fueron episodios que caracterizaron esta relación con el Estado, pero a finales de los años 80s empiezan a surgir organizaciones indígenas que demandaban, de diversas formas activas, hacerse escuchar con exigencias de justicia. Como fue el caso de Manuel Chan May de la comunidad de Kanxoc al oriente de Yucatán, asesinado por comerciantes mestizos de Valladolid, a quienes el gobierno yucateco les brindó protección e impunidad. lo mismo en Oaxaca la masacre cometida años antes por la policía del estado en Monte Negro La Lana, crimen que aún hoy permanece impune. Pero esto solo son algunos ejemplos de una larga lista de crímenes de Estado que nunca serán atendidos, investigados y castigados los responsables.

Durante mediados de los años ochenta, trabajé en el fideicomiso henequenero y en el Banrural y el trabajo de campo me permitieron observar como estas instituciones operaban como dos grandes haciendas del gobierno. La zona henequenera conformaba un cinturón de miseria de pueblos mayas que circundaban la “ciudad blanca” donde residían sus explotadores, los funcionarios de gobierno. Estas instituciones se encargaban de corromper a los dirigentes ejidales y municipales para contener el descontento producido por la miseria en la que estaban sometidos. Los partidos políticos y las iglesias secundaban esta labor por medio de engaño y manipulación, ofreciendo falsas promesas de redención, bienestar y progreso.

Los derechos Humanos de los Pueblos Indígenas

Después de vivir un sinnúmero de experiencias laborales en diversos pueblos de Yucatán y Oaxaca, una mañana llegué a San Juan Guichicovi a trabajar en la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo, el día que se inauguraba el 2er Congreso de la organización. Me incorporó a la Comisión Cultural y con mi cámara, posteriormente, visité un buen número de pueblos zapotecos, mixes, zoques, huaves, mixtecos, afrodescendientes asentados en el istmo de Tehuantepec, entrevistando a la gente, dando talleres de serigrafía, elaborando proyectos para buscar financiamientos, documentando fiestas, bodas, reconciliaciones, marchas, enfrentamientos, bloqueos carreteros, reuniones con funcionarios, cursos de agricultura orgánica. Entonces conocí la cárcel de Matías Romero por una detención arbitraria donde fuimos golpeados y torturados por el jefe de la policía municipal que amenazaba con ejecutarnos. Sin embargo, lo más interesante era que hacía la revista de la Unión, “El Perico”, que me permitía recopilar información de todas las comisiones, asistir a las asambleas comunitarias y reuniones de trabajo, conocer la situación que vivían las comunidades. Además, elaboraba los carteles, folletos, trípticos y volantes, de los eventos que se realizaban. Fue entonces que en el 89 se realizó el 1er Foro Internacional de Derechos Humanos Indígenas, donde acudieron indígenas y representantes de organismos civiles de Oaxaca, de otras regiones del país y del extranjero.

El Foro nos amplia el panorama de la situación de los pueblos indígenas frente a la injusticia mexicana y los gobiernos de otros países, como Estados Unidos y Canadá donde las condiciones de opresión y abuso de las instituciones de gobierno, los atropellos de la policía son similares en los países del sur. Los crímenes a autoridades y dirigentes indígenas por despojarlos de tierras y recursos naturales, era y es aún una práctica común. La depredación de la naturaleza, como en la selva de Chimalapas, ha venido siendo una práctica cotidiana, solapada por los gobiernos mestizo-criollos, que actúan con plena impunidad, protegiendo a las empresas nacionales y trasnacionales. Los temas que se abordaron en las diferentes mesas de trabajo, con testimonios de los afectados del latrocinio de la clase política y económica nacional y de sus homólogos en Guatemala, Nicaragua, Perú, El Salvador, entre otros países que asistieron al Foro. Después de las denuncias presentadas, se discutieron estrategias comunes de defensa, protección y denuncia, para exigir un alto al etnocidio y a la destrucción del medio ambiente, como un procedimiento normal impuesto por las corporaciones trasnacionales que depredan el planeta, como la polilla de la tierra, como bien los califica el Chilam Balam de Chumayel.

Un año más tarde, asistí como parte de la delegación de UCIZONI al 2º Foro de Derechos Humanos de los Pueblos Indios, realizado en Xochimilco del entonces D.F. En este Foro la asistencia de comunidades indígenas y sociales se amplió, al igual que la cobertura de medios que cubrió el evento. La presencia de personalidades indígenas de otros países como Colombia, Ecuador, Bolivia, en donde la organización indígena tiene una importante tradición de lucha y conquistas sociales, fue muy importante, al igual que los representantes de la nación Yaqui, rarámuri, purépecha y otras del occidente y norte del país, amplió la discusión sobre los aspectos analizados en Matías Romero.

Uno de los puntos que se insertó en la agenda de discusión, fue sobre la fecha en la que se cumplirían los 500 años del llamado “descubrimiento” de América, fecha en la que el gobierno estaba planeando realizar una fastuosa celebración. La iniciativa gubernamental, ponía en evidencia la subordinación del Estado mexicano a las ocurrencias del gobierno gringo, del Vaticano y del Estado español. En el Foro se discutieron importantes ejes de trabajo y de lucha. Se dan los primeros pasos para la conformación del Consejo Mexicano 500 años de Resistencia Indígena y Popular, al que más tarde se incorporaría un importante contingente de organizaciones y representaciones afrodescendientes de Veracruz, Guerrero y Oaxaca.

En este punto se habló de que había varios pueblos originarios de México con los que no se tenía vínculos, como los mayas de Yucatán, por lo que se discutió la posibilidad de enviar a una persona que conociera e hiciera la conexión. No recuerdo si en ese Foro o en alguna reunión posterior quedé asignado como enviado para realizar esa tarea por lo que se elaboró un plan de trabajo y se buscó a otro compañero, acordándose que fuera en julio de 1990. También se hiso la propuesta por un maestro de la nación mexica tiahui, para que el emblema de la campaña fuera un águila con un cóndor. Al regreso a Matías Romero, se me pidió que elaborará unos diseños para presentarlas al Comité internacional de la campaña 500 años de Resistencia India y Popular, la que se reuniría posteriormente en Xoxotla, Morelos. Entonces se hicieron dos dibujos, que fueron presentados y aprobados, al igual se decidió que realizará los trabajos en la península de Yucatán, para establecer el vínculo con el pueblo maya peninsular.

La Conformación del Consejo Maya 500 años de Resistencia

Tenía unos 2 años de haber regresado a Oaxaca, en Yucatán viví alrededor de 10 años, lo que me había permitido, conocer a varias personalidades y activistas mayas, lo que me daba cierta seguridad de que nuestra misión sería bien recibida. Salimos de Matías Romero a finales de junio, me acompañaba el Profr. Marciano Chan Cupul, originario de una comunidad al oriente de Yucatán y maestro en Sto. Domingo Petapa, hablante de la lengua maya yucateca. Siguiendo nuestro plan de trabajo, ya estando en Mérida, mientras contactábamos amigos para encontrar un sitio donde hospedarnos durante un mes, tiempo calculado para realizar un recorrido por los tres estados visitando las poblaciones donde tenía contacto. Solidariamente los compas del PSUM, nos prestaron un espacio para instalar un taller de serigrafia y con la ayuda de unos amigos se imprimieron 400 playeras con diseños mayas y propios con la leyenda “500 años de Resistencia Indígena y Popular”. En tanto se elaboró un llamamiento para conformar el Consejo Maya 500 años de Resistencia india y Popular, para el 4 de agosto, los cuales fueron impresos en mimeógrafo.

Tiempo atrás había trabajado en el diario del Sureste, hacíamos un suplemento cultural (Punto y Seguido) y conocía al director y a los trabajadores de la imprenta, a quienes les encargamos nos imprimieran un cartel, que convocaban para el 4 de agosto en el parque de las Américas a una asamblea para conformar el Consejo Maya 500 años de Resistencia. El cartel quedó muy bonito, y en una semana teníamos toda la propaganda que requeríamos para iniciar nuestro recorrido por la península. Varios amigos de Mérida, muy solidarios como el Jesús Rivero “Cholain”, Alejandro Guerrero y otros compañeros como Alvaro Brito, ya fallecido, nos facilitaron los medios para trasladarnos a los pueblos de los tres estados y hacer la convocatoria. Fue un recorrido agobiante en pleno verano yucateco. Se visitaron alrededor de cuarenta comunidades y se tuvieron reuniones con asociaciones, personalidades mayas, profesores, indigenistas, sacerdotes, funcionarios municipales y ejidales, así como estudiantes, jóvenes y periodistas. Creo importante destacar, que los medios de comunicación no se cerraron con las convocatorias a las ruedas de prensa, a la publicación de boletines e invitaciones a programas de radio, de la televisión yucateca y de Quinta Roo, lo que permitió una importante cobertura a las visitas a comunidades, pues en ciertos lugares algunas personas estaban enteradas de antemano por la radio de nuestra visita. Sin embargo, ello no ocurrió así en la escuela de Antropología de la Universidad de Yucatán, que no quisieron aceptar recibirnos para platicar con los estudiantes y maestros, en Mérida se organizaron varias reuniones públicas para informar acerca de la campaña 500 años de Resistencia y sus propósitos.

El día 4 de agosto llegó, nosotros llegamos un poco tarde al parque de las Américas pues nos habíamos trasladado a Cuch Holoch, Campeche, donde la asamblea de la comunidad había autorizado participar con los mayapax que tocaban un enorme tunkul del siglo XVIII, que hace el llamado para las reuniones y ceremonias de importancia. A nuestra llegado observamos un poco sorprendidos, la gran asistencia de convocados de pueblos de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Eran alrededor de sesenta o setenta personas congregadas en el auditorio a cielo abierto de la concha acústica y donde no se necesita un micrófono para que la concurrencia pueda escuchar. Serían pasado de las 4 de la tarde, cuando nos dispusimos iniciar la asamblea y después de unas breves palabras de bienvenida en maya, una persona interrumpió, diciendo que los dignatarios de Tixcacal Guardia estaban llegando. Al mirar donde nos señalaban, observamos que estaban descendiendo de una combi unas ocho personas aproximadamente.

Los dignatarios subieron al foro encabezados por don Isidro Caamal Cituk, sacerdote de Tixcacal Guardia, seguido del comandante Marcelino Poot y demás personas con rangos militares mayas que le acompañaron. Si mal no recuerdo fue el Profr. Bartolome Alonso Caamal, quien los presentó en lengua maya a los asistentes y enseguida le cedió la palabra a don Isidro Caamal quien después de reconocer el trabajo que habíamos realizado para convocar a esta asamblea, propuso que la asamblea constitutiva del Consejo Maya 500 años de Resistencia se realizara en Tixcacal Guardia, Quintana Roo, el corazón de los rebeldes cruzoob que enfrentaron a los yucatecos, en una resistencia armada por más de 60 años. Todos los presentes estuvieron de acuerdo y se conformó una Coordinadora provisional para realizar los trabajos de organización y convocatoria para el 8 de septiembre

Los integrantes nombrados para esta[U1] [U2]  Comisión provisional fueron:

C. Profr.  Bartolomé Alonso Caamal de la organización Mayaon

C. Gonzalo Mex Chimay de la comunidad de Cuch Holoch, Hunucmá

C. Marciano Mex Xix de la comunidad de Dzi, Tzucacab

C. Felix Canul de la organización COPA

C. Elmer Be Cituk de la organización CEQROODE AC

C. Gregorio Vásquez Canche del Consejo Supremo Maya de Q. Roo

C. Pascual Ermilo Tun Tzuc del municipio de Yaxcabá

C. Alvaro Brito Cruz del organismo CIES AC

Este Comisión se encargaría de realizar los trabajos para organizar la asamblea constitutiva del Consejo Maya 500 años de Resistencia. Se resolvió elaborar un boletín de prensa y enviarla a los medios de comunicación de los tres estados y con ello consideré que nuestra misión se había cumplido, pues además ya se habían agotado los recursos con los que habíamos contado para realizar este agotador trabajo, entonces pensé regresar a Oaxaca. Sin embargo, los presentes resolvieron que debía continuar los trabajos iniciados y realizar nuevamente otro periplo visitando las comunidades asistentes y otras que ellos conocían para informar de los acuerdos y convocar para la asamblea constitutiva el 8 de septiembre. Después de ello, los congregados se dispersaron retornando a sus pueblos. Nuestro interprete, nos informó que su esposa, oriunda de Sto. Domingo Petapa, Oaxaca se había trasladado al pueblo del Profr. Marciano Chan donde tenían todos los preparativos para que ella diera a luz su primer hijo y que por ello se retiraba y no podría continuar con las tareas convenidas.

Esa misma noche informamos por teléfono a los directivos de UCIZONI los acuerdos que se habían tomado, quedando ensartado para realizar nuevamente la convocatoria para Tiscacal. La respuesta fue tácita de que no se contaba con recursos económicos para continuar y que era decisión personal el regresar o permanecer para sacar adelante los trabajos acordados. Consulté con mi familia y mi madre me dijo que no podía dejar las cosas a medias, que viera como hacerle y que ella me seguiría apoyando con mis dos hijos, que estaban en su casa. Fueron momentos difíciles, pues había que tomar una decisión de un trabajo iniciado que iba bien, pero no concluido. Al día siguiente el director del Diario del Sureste, un viejo amigo, enterado de mi situación me ofreció trabajo en el periódico mientras resolvía este desafío. Eso me animó y decidí permanecer y continuar hasta donde llegará.

Resolví invitar a otros amigos, entre ellos a un compañero egresado de la escuela, Efraín Peraza quien decidió apoyarnos de tiempo completo poniendo a disposición su auto para trasladarnos a donde fuera requerido, el estimado amigo Jesús Rivero nos reitero nuevamente su apoyo con vehículo y conductor. Por lo que nos dimos a la tarea de elaborar un nuevo itinerario y cotizar cuánto nos costaría un mes de recorrido en gasolina y alimentación. Una vez, hecho esta labor nos avocamos a visitar a todo mundo para que aportara una cantidad para reunir además el recurso que se requeriría para la alimentación de dos días que duraría el encuentro en Tixcacal, donde se calculó llegarían unas cien personas. Por lo que se consideró la compra de dos reses para la alimentación, pues en este tipo de ventos, como en las fiestas y ceremonias, se acostumbra compartir los alimentos con todo el pueblo.

Por esos días nos llegó la invitación de Nacajuca, Tabasco para participar en la Asamblea de Médicos y Ancianos sabios del pueblo chontal, por lo que decidimos realizar un viaje de casi 12 horas, donde nos dieron oportunidad de informar la misión que teníamos encomendada en la península, ahí conocimos al maestro Auldárico y a otras personas muy sabias en el conocimiento de la cosmogonía y la medicina de aquellos pueblos, con quienes conversamos hasta la madrugada. Estuvimos dos días y viajamos por la noche para estar al amanecer en Mérida.

La verdad, estábamos en un aprieto, por lo que, en nuestra apuración de reunir fondos en un mes, nos llevó a visitar a funcionarios de instituciones de gobierno donde solo recibimos promesas. El delegado del INI se comprometió a poner camionetas en los centros coordinadores de los tres estados para trasladar a los asistentes de ida y vuelta, además de la cobertura de Radio Peto para la divulgación del evento, con la condición de que algunos de sus funcionarios estuvieran presentes en el encuentro de Tixcacal Guardia. Pues, a como estábamos no podíamos negarnos y continuamos con nuestro pregón, para reunir recursos, con todo el que se nos atravesaba. Una mañana me habló por teléfono Alvaro Brito, para decirme que unas personas querían apoyar económicamente el encuentro. Nos volvimos a comunicar con ellas y nos ofrecieron el apoyo de lo que requeríamos. Nos dijeron que les propusiéramos un lugar seguro para reunirnos, donde nos entregarían la cantidad que se requería. En realidad, no lo creíamos, pero les dijimos que la sala de juntas del INI era seguro pues no se vería sospecho, ya que habíamos empleado ese espacio varias veces. Solicitamos la sala al director que amablemente la concedió y una mañana llegaron cuatro jóvenes con una maletita y nos entregaron el recurso. Un poco incrédulos le preguntamos si les firmábamos un recibo o cómo podíamos comprobarles los gastos y su respuesta fue muy simple, diciéndonos que nos conocían y confiaban en nosotros. Después se despidieron y nos dejaron con muchas preguntas en la cabeza, incluso la maletita que guardamos en una mochila, después de contar su contenido.

Ahora contábamos con lo que nos hacía falta, por lo que, sin más especulaciones, se resolvió que en ese momento el compañero Alvaro Brito se trasladara a Tixcacal Guardia a entregar la cantidad considerada para los alimentos y logística que se requeriría, en tanto los que nos quedamos hicimos todos los preparativos para iniciar el recorrido por la península. Aunque llevaba una libreta de campo donde anotaba nuestros itinerarios, con el tiempo esta se extravió y ahora en mis recuerdos confundo cosas del primer recorrido con el segundo, por lo que me resulta difícil citar que pueblos visitamos y con quienes platicamos. En este segundo recorrido ya no contamos con interprete, pero logramos superar esa limitación en todos los lugares que visitamos en Campeche, Quintana Roo y Yucatán.

Nuevamente realizamos conferencias de prensa, visitamos estaciones de radio y canales de televisión en los tres estados, la prensa, hasta donde recuerdo fue abierta en la difusión, la gente donde íbamos nos comentaba que nos había escuchado, por su parte la escuela de antropología y algunos sacerdotes continuaban mostrándose cerrados y hasta hostiles como en Tzucacab, donde el sacerdote, que tenía mala fama en la parroquia, me mandó a llamar, cuando estaba en Dzi, pero por consejo de los habitantes me recomendaron que no fuera porque era un personaje conocido por su agresividad con los feligreses. Sin embargo, otros sacerdotes como el del templo del parque de las Américas, que ahora no recuerdo su nombre, en sus homilías les informaba a sus fieles, de una colonia de clase media alta, que era vergonzoso lo que hacía el gobierno de querer celebrar la invasión hispana que fue un genocidio y significo la esclavitud y humillación para una cultura tan noble como la maya. Mientras algunos antropólogos publicaban artículos denostando la campaña por considerarla mesiánica, que el Consejo Mexicano 500 años había escogido a personas inapropiadas para realizar esta tarea, además que citar al Chilam Balam estaba fuera de contexto hitórico, Etc. Etc. El compa Oscar Sauri, que intercedió para contar con el espacio del local del PSUM, nos recomendó hacer una réplica a esos infundios, pero consideramos que ya no había tiempo para abrir una discusión que no nos llevaría más allá de esas necedades.

Pese a ello, la campaña cada vez cobraba más adeptos y simpatías en los pueblos y en la misma “ciudad blanca” que en tiempos de los mayas se llamó Ichcaansijo y que actualmente en maya se llama t’ho. En estas reuniones, escuchamos reiteradamente, la situación de sojuzgamiento soterrado que vive el pueblo maya, la falta de oportunidades para estudiar o encontrar trabajo bien pagado, el engaño de los políticos ahora prianistas y el nivel de pobreza al que se ven sometidos. Así nos fuimos acercando a la fecha señalada. Por cierto, durante el primer recorrido cuando estuvimos en la población de Felipe Carrillo Puerto nos entrevistamos con el señor Pascual Xiu Sulub, que era el representante de Tixcacal Guardia a quien se le solicitamos audiencia para entrevistarnos con los dignatarios del centro ceremonial, entonces no aceptaron recibirnos, por lo que no conocí en ese momento esta celebre comunidad. Así que mis expectativas por estar en el corazón de la resistencia maya cada día iban creciendo.

Las jornadas de trabajo previas al 8 y 9 de septiembre fueron verdaderamente intensas, cuando llegamos a Tixcacal, nuevamente con los mayapax de Cuch Holoch, después de casi siete horas de viaje en un camión de 8 toneladas, sin dormir durante casi tres días, estábamos exhaustos y lo primero que hice en Tixcacal fue comer algo y meterme a dormir en un coche, mientras llegaban las demás delegaciones. Los trabajos se iniciaron después de las 10 de la mañana y a mi me apartaron a un lugar cercano a la tribuna donde tuve un interprete todo el tiempo, pues todo el encuentro se realizó en lengua maya. A este encuentro acudieron representantes del Consejo Mexicano 500 años de Resistencia, estaban los compas Gaudencio, Margarito y no recuerdo quienes más. Fueron dos días donde se habló del porque habría que rechazar la celebración que pretendía hacer el gobierno con los gringos, pues solo representaba dolor, genocidio y despojo para los pueblos originarios, además de qué iniciativas habría que impulsar para sacar adelante al pueblo maya.

La lengua maya es dulce y graciosa, quizá porque muchas palabras usan el sonido de la ch. Durante mis años en la universidad llevamos clases de lengua maya y cuando trabajé en el fideicomiso henequenero, tuve que asistir a asambleas de ejidatarios y a tomas de las sucursales del Banrural por los mismos ejidatarios donde me fui familiarizando con la lengua que siempre la he sentido agradable a mis oídos y a mi corazón. Al término del encuentro me encomendaron apoyar a quienes redactaron la declaración para difundirse en los medios, que para mi sorpresa, el periódico más conservador, el Diario de Yucatán, la publicó de manera íntegra, como si fuera una inserción pagada o no sé si alguien pagó el espacio de un cuarto de plana. Me gustaría leerles el documento final de manera integra, que firma como responsable de la publicación, nuestro querido amigo Gregorio Vásquez Canché, pero por cuestión de tiempo solo mencionaré las 11 demandas del resolutivo:

  1. “Reconocimiento oficial de la lengua maya y su uso en asuntos de gobierno, así como su enseñanza en todos los niveles educativos.
  2. Que en las escuelas se enseñe la verdadera historia del pueblo maya y se rinda homenaje a nuestros héroes regionales.
  3. Que las comunidades participen en los consejos de administración en las zonas arqueológicas y no se nos cobre por visitar estos lugares sagrados.
  4. Que se impulse el desarrollo de la música maya.
  5. Que se gestione ante los gobiernos extranjeros la devolución de las piezas arqueológicas que nos han saqueado.
  6. Que se cumpla el derecho de los pueblos indígenas a la comunicación y a su participación efectiva en el uso de estos medios.
  7. Que se protejan los recursos forestales y que su explotación sea racional y beneficie a sus legítimos dueños, los indígenas.
  8. Que se promueva la formación de cooperativas de producción y consumo, dirigidas y administradas por las propias comunidades mayas.
  9. Que se cree el Banco Maya Peninsular con recursos financieros del Gobierno Federal. Que se encargue de promover el desarrollo integral de la región. Este organismo estará cargo de un consejo de administración integrado por los propios mayas.
  10. Que se reconozca en la Constitución los derechos culturales de los pueblos indígenas. Como son: una educación en su propio idioma, la medicina indígena, las formas de organización social, etc.
  11. Que se promueva la participación de los indígenas en los organismos internacionales que procuran la paz y el desarrollo de los pueblos.

Además, que los días 12 de octubre celebremos la resistencia cultural de los pueblos indígenas, sembrando el árbol de la ceiba como símbolo de la victoria y en conmemoración de las fechas importantes de la historia de nuestro pueblo, incluyéndola en el calendario oficial.”

Creo que ese fue el resultado de un esfuerzo y sacrificio, por vernos privados de las cosas y los seres que amamos durante dos intensos meses. Pero vimos como en Tixcacal Guardia volvió a iluminarse la selva, el pensamiento y el corazón de los mayas y de quienes creemos que el camino del futuro de México no puede continuar excluyendo a las primeras naciones, por los que ahora se enriquecen con la industria turística, de los maravillosos avances que lograron nuestras culturas ancestrales, destruidas, trastocadas y manoseadas por la avaricia, el cristianismo y el capitalismo voraz que nos engulle si nos distraemos.

Quetzaltenango. Encuentro Internacional 500 años de Resistencia

A mi  regreso a Matías Romero continuaron mis tareas encomendadas y a difundir la campaña 500 años de resistencia. Se elaboran algunos folletos y en la ciudad de Oaxaca se realizaron reuniones para conformar el Consejo Oaxaqueño, pero la situación es diferente a la península de Yucatan, acá algunos organismos e intelectuales indígenas piensan diferentes. Siento que cuidan con exceso su ámbito y solo se logró constituir la Comisión Oaxaqueña 500 años de resistencia indígena y popular. Sin embargo, esto es un avance importante de convergencia pluricultural, que permitió el análisis conjunto de la situación de los pueblos originarios que por mucho tiempo se mantuvieron aislados unos de otros, dando luchas que terminaban siendo sometidas por el gobierno y los caciques.

En octubre del 91 se realiza en Encuentro Continental de la Campaña 500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular en la ciudad de Quetzaltenango, Guatemala, a la que UCIZONI me invita a asistir por ser el autor de los logotipos de la campaña o por lo menos eso supuse. Fuimos en un autobús lleno de compas entre ellos el grupo de danza mixteca y los dirigentes más destacados. En Quetzaltenango el encuentro se realiza en un gran centro cultural donde se reunieron unos dos mil delegados o mas provenientes de pueblos indígenas de toda América, con representantes de África y no se si de Asia, además de sinnúmero de europeos y gringos solidarios e infiltrados.

En los tianguis de souvenirs o artesanías, me sorprendió ver playeras, gorras, llaveros, banderas y cuanta cosa con los logotipos impresos de mis diseños. Hubiese querido tener suficiente dinero para comparar todas, porque había de Guatemala, Nicaragua, Brasil, Chile, Bolivia, Canadá, Etc. Etc. Y me parecía arrogante andar diciéndoles que era mi diseño. Pero bueno por lo menos me traje algunas playeras para tener como testimonio.  Ahí volví a encontrarme con personajes que había conocido en los encuentros en México y en varios momentos compartimos conversaciones y discusiones. Ya desde antes había observado diferentes tendencias políticas de los indigenistas, los indianistas y los indígenas que buscaban acomodarse en cualquier situación para negociar y a los que se mantenían congruentes con los acuerdos de su autoridades o comunidades. Por fortuna no tenía ni voz ni voto y solo estaba como observador, fotógrafo y periodista, pero aun así cada quien intentaba jalarme a su rebaño. Sin embargo, desde el primer día se acercó Abdí un africano, que no recuerdo de que país, él había conocido en Oaxaca a uno de mis hermanos, entablamos una charla muy interesante en torno a la negritud, sus derechos culturales y el movimiento indígena. Como al segundo día me dijo que la comunidad de negros había planeado hacer una fiesta y quería que estuviera en ella. Al tercer día se acerco para decirme que habían alquilado un bar de Quetzaltenango y que invitara a los de la delegación de México por ser los más alegres y que les gustaba la música, cantar y bailar. Me dijo que pasaría al hotel donde estábamos los mexicanos para llevarnos. Cuando terminaron los trabajos de ese día fui a invitar a la banda del hotel y sorprendentemente nadie quiso ir, pero tenían fiestas en sus habitaciones. Me pareció extraño, pues la banda es fiestera. Cuando pasó Abdí, me fui solo con él, ahora si iría a una fiesta de negros que, fue de antología ver más de cien negros hombres y mujeres, guapísimas bailar cantar y hablar de cómo hacer una revolución socialista mundial, mientras tomábamos ron guatemalteco y por supuesto había un buen contingente de hueras de Holanda, Australia, Bélgica, Francia, bien apuntadas y muy solidarias. Mientras mis paisanos encerrados en sus habitaciones del hotel se mamaron cantando la canción mixteca. No lo imagino, porque los escuché al regresar a dormir y el encargado fue varias veces a tocarles la puerta para que le bajaran; claro al otro día llegamos a las mesas de trabajo crudos, desencajados y felices.

El último día se realizó una gran marcha que inundó las calles de la ciudad de Quetzaltenango. Había recogido entrevistas con delegados de diversos países, charlas interminables con luchadores sociales, con mujeres indomables y hermosas, muchas fotografías y sobre todo, el secreto orgullo de ver mis logotipos en el foro como imagen central e impreso en playes, gorras y pañuelos que los asistentes portaban. Por primera vez sentí que no era necesario echarse un rollo y estar sentado en la mesa principal con los lideres más destacados del movimiento indígena, negro y popular. Las imágenes no hacen ruido y son muy elocuentes también.

Binigulazáa. Las hojas que hablan de sus raíces

A nuestro regreso a Matías Romero, nos dimos a la tarea de preparar el boletín El Perico, me trasladé a la ciudad de Oaxaca para revelar los rollos y por casualidad me encontré a un reportero amigo. Cuando vio las fotos me propuso que hablaría con su director para sacar un suplemento especial sobre el tema. En director propuso que fuera un suplemento mensual y acordamos que se llamara complemento indígena. Me dio unos días para tener listo el primero número y así nació “Binigulazáa” Las hojas que hablan de sus raíces, en noviembre del 91.

En esos días hubo una reunión de la Comisión Oaxaqueña 500 años de Resistencia, donde invitamos a hacer esta publicación un medio de difusión de la Campaña 500 años de Resistencia y aunque no todos estuvieron de acuerdo, se conformó un Consejo editorial con los de Coalición de Promotores Bilingües de la Sección XXII del SNTE, UCIZONI, ATACO AC Y CAMPO AC. Evidentemente, sentíamos que estábamos creciendo en el ámbito de la comunicación, sin embargo, ese mismo mes, al regresar a Matías Romero, fui despedido de la Comisión Cultural de UCIZONI, con el peregrino argumento de “abandono de empleo”, por haberme ido a Guatemala, sin permiso laboral. Mi contraargumentación no fue escuchada por la directiva y como había sido aceptado como socio por la asamblea de la Unión pedí presentar mi caso, pero fue rechazado. Volví a Oaxaca sin mi sueldo y sin aguinaldo, pensando qué fue lo que pasó. Sin más, me concentré en el periódico Binigulazáa que nos abrió un horizonte muy interesante, pues se nos invitaba a participar en diversas reuniones, asambleas y encuentros de la más diversa índole indígena. En el mes de julio del 92 se realizó una Jornada de Difusión de Prensa y Gráfica India del Continente, en el marco de la campaña 500 años de Resistencia. En ella se realizó una exposición de Carteles, hubo Conferencias de académicos y dirigentes indígenas y un foro de publicaciones indígenas. Posteriormente se organizaron cursos y talleres de comunicación y se asistieron a diversas reuniones preparatorias al Encuentro Continental 500 años de Resistencia India, Negra y Popular que se realizaría en octubre del 92 en Nicaragua.

El periódico Binigulazáa, con el tiempo dejó de ser un complemento insertado en los periódicos locales para convertirse en un periódico en el que colaboraban en sus contenidos, distribución y sostenimiento unas 30 organizaciones indígenas locales y casi el mismo número de pintores y artistas, lo que le permitió una existencia de un poco más de 10 años, cumpliendo su misión de difundir el movimiento indígena en Oaxaca y de otros lugares del Continente, que como su eslogan decía: Información y Reflexión de la Resistencia, llegando a imprimirse 5 mil ejemplares. Esta labor editorial nos obligó a conformarnos en Asociación Civil en el 93 y en convenio con el Instituto de Investigaciones en Humanidades de la Universidad Autónima “Benito Juárez” de Oaxaca, se fundó el Banco de Información de Naciones Indias BINI, fue una biblioteca, una hemeroteca, con una colección de carteles indígenas de varios países de América, con este acervo surgió el proyectó de exposición itinerante, que fue presentada en diversos pueblos como Juchitán, Mixtequilla, Villa de Etla, San Sebastián, Huajuapam, Guelatao, etc. Donde se realizaban talleres de periodismo indígena y otros con artistas y comunicadores invitados. Además del periódico se editaron otras publicaciones de divulgación de cultura e historia indígena, conformando Ediciones Záa.

Cuando el proyecto de divulgación, capacitación y difusión había logrado sortear un sin número de obstáculos, como ser hostilizados por el gobierno estatal y federal por sospechar que teníamos nexos con el levantamiento zapatista y que nuestro periódico incitaba a la violencia y la rebelión, después del 2002, las oficinas de la asociación fueron objeto de robo, llevándose equipo de trabajo. Coincidieron estos sucesos con la migración de elementos valiosos de la asociación al extranjero y aunque la publicación sobrevivió un tiempo más consideramos que su ciclo debía concluir.

¿Qué lecciones nos ha dejado esta experiencia?

A ciencia cierta podemos afirmar que el movimiento de resistencia indígena en general es muy heterogéneo, desigual y entretejido. Puede haber ejes centrales que convergen como la lucha contra la discriminación, por la defensa del territorio, la preservación de las lenguas maternas o las exigencias de justicia por crímenes, desapariciones o agresiones, de elementos del Estado y de particulares, que se mantienen en la impunidad. Existen luchas más particulares que se refieren a servicios como transporte y comunicación, salud, educación o la defensa de los bosques o el agua.

En estos 30 años transcurridos, podemos decir que hemos visto de todo. Sin embargo, como en el pasado, el gobierno y sus agentes, logran infiltrarse en las comunidades y organizaciones para promover la división, el sectarismo, las posturas fundamentalistas, la discordia o fomentan la corrupción entre las autoridades y los dirigentes o simplemente hay quienes informan de todo lo que sucede, para tomar medidas que mediaticen y hagan fracasar cualquier intento.

En la coyuntura de 1992, hubo importantes esfuerzos por que los movimientos de resistencia indígena confluyeran. Se realizaron diversos encuentros, reuniones, foros, donde se abundó sobre la situación de los pueblos indígenas y afrodescendientes, pero también hubo intentos de encausar estas luchas bajo los intereses de liderazgos. De estos, algunos buscaron las posiciones de mediadores entre el movimiento indígena y civil con el gobierno, tenían diferentes propósitos, como encausar recursos oficiales en los proyectos de sus organismos o a sus bolsillos. Otros fueron menos sutiles y buscaron negociar directamente con instancias gubernamentales a espaldas de sus aliados y asociados para obtener beneficios personales y ofrecer favores a sus allegados. Hubo, hasta quienes se montaron en el movimiento indígena para obtener becas de estudio, elaborar sus tesis profesionales o conseguir un buen puesto en las instituciones oficiales. Otros, simplemente fueron cooptados, los pusieron a trabajar manteniéndolos distantes del movimiento que habían iniciado.

Después de 30 años los vemos, haciendo lo que tanto criticaron o contra lo que lucharon y denostaron en los mítines callejeros. Pero que bien era por lo que luchaban, aunque le hayan tomado el pelo a sus propias organizaciones o comunidades. Sin embargo, no todo está perdido, por fortuna vienen nuevas generaciones, ahora hay más profesionistas, que asumen la continuidad de la resistencia de los pueblos originarios. Muchos han dejado de creer en los viejos lideres indígenas, convertidos en burócratas al servicio del gobierno, haya sido este panista o priista o morenista. Se ha creado un desencanto por las organizaciones que educan a sus contingentes en pedir recursos al gobierno todo el tiempo y dejar de lado la autosustentabilidad, la independencia y la dignidad. Se ha perdido la capacidad de autocrítica, del análisis objetivo de la realidad, de la solidaridad, de la lealtad y la congruencia con las ideas por las que se dice luchar.

El movimiento social del 2006 en Oaxaca, nos mostró el poder de la asamblea donde convergieron corrientes criticas y opositoras al neoliberalismo, al autoritarismo y a la corrupción que ha caracterizado a los gobernantes. Los primeros en retirarse de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca APPO, fueron las autoridades comunitarias y las organizaciones más congruentes con sus posturas, al percatarse que en la dirección se había encaramado personajes y grupos que viven subsidiados por el gobierno, aunque sus discursos son los más radicales, los más incendiarios y a su vez los más provocadores, pero al final eran los que más colaboran con el gobierno, los que más daño le hacen a la población con bloqueos de calles y carreteras por obtener dadivas para sus huestes, sin que haya un avance sustancial del bienestar de las comunidades indígenas.

¿Será que los pueblos originarios han luchado por que se instauraran los programas asistenciales que se multiplicaron con los gobiernos neoliberales y ahora aún más? Esa ha sido una forma de manipular a la sociedad en su conjunto. Las demandas centrales parece que han sido olvidadas. La Reforma salinista al Art. 27 que sigue carcomiendo la propiedad comunal y social, no se ha detenido, cada día se privatizan las tierras y se venden a cualquier comprador. Las instituciones indigenistas, hoy administradas por exactivistas, continúan funcionando igual o peor que con el peñismo. Cambiarles de nombre no fue suficiente.  Nos falta valor, incluso, para ser críticos y más para ser autocríticos.

La creación de coordinadoras por la defensa de la tierra, los recursos naturales o el agua, contra la minería o la devastación de la naturaleza para introducir un tren en medio de la selva, eso nos permite tener expectativas de convergencia y unidad. Los esfuerzos por acrecentar el número de hablantes de la lengua materna o de la protección de las razas de maíz, el rechazo a los productos transgénicos cada día se generaliza o el empeño de recuperar los saberes ancestrales para trasmitirlo a los hijos o a la comunidad. Son algunos esfuerzos que redundan en fortalecer la identidad de cada cultura autóctona, pero es un gran reto ante la ideología que imponen las instituciones del Estado, como los sistemas de salud, la educación pública y sobre todo la privada, los modelos de desarrollo urbano, que soslayan el cuidado del medio ambiente.

Podemos ver los 11 puntos del resolutivo del encuentro de Tixcacal Guardia y en 30 años ninguno se ha cumplido cabalmente. La mayoría permanecen ignorados por las actuales autoridades e instituciones indigenistas. Serán tan solo una utopía. Como el reconocimiento Constitucional de los indígenas como Sujetos de Derecho. Yo tengo fuertes dudas que el indigenismo oficial tenga rumbo, Por el contrario el actual mandatario del país es la continuidad de las políticas económicas dictadas desde la Casa Blanca, aunque en sus mañanera se desgañite contra quienes le cuestionamos su gobierno y nos acuse de conservadores. Si conservador, significa para él conservar nuestros principios ideológicos, conservar la naturaleza en buen estado de salud, conservar el territorio comunal y social, conservar las lenguas originarias, conservar nuestra exigencia de autonomía y estado de derecho para los pueblos originarios o conservar la congruencia con la lucha de un cambio social por justicia, equidad y comunalidad, pues que nos diga conservadores, que no se me va a caer la cara de vergüenza.


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La privatización de una celebración popular

Del Lunes del Cerro a la Guelaguetza

Por Juan de Dios Gómez Ramírez / Binigulazáa AIPIN

Una celebración que se remonta en el tiempo, de carácter agrícola religioso, cuyos fines solidarios buscaron socorrer a la población más vulnerable, de manera festiva, durante la canícula. Sobrevivió en Oaxaca como la Fiesta del Cerro en forma de un convite popular. A mediados del siglo pasado, el gobierno se la apropia y la transforma en un espectáculo turístico, presentando un show folclórico, en el que los ausentes son ahora los oaxaqueños. El magisterio retoma el modelo del espectáculo oficial en la Guelaguetza Magisterial alternativa, dejando de lado la esencia de sus raíces históricas y culturales.   

La Gran Fiesta de los Señores

 Las crónicas coloniales registraron en diversas regiones del México antiguo un Calendario de 365 días, Isa en zapoteco o Xiuhpohualli en náhuatl, el cual se divide en 18 “meses” de 20 días cada uno, más un breve lapso de 5 días: Cada “mes” estaba dedicada a cierta divinidad, asociada a cada fase del ciclo agrícola, sustentada en el cultivo del maíz, el frijol y la calabaza, base material del desarrollo de la sociedad prehispánica.

CENTEOTL. CÓDICE DURAN. 1587.

El octavo “mes” se llamada en lengua náhuatl Hueytecuhihuitl o “Gran Fiesta de los Señores” y se iniciaba el 19 de julio. La fiesta era considerada como una de las de mayor solemnidad e importancia. En ella se veneraba a Xilonem, divinidad femenina con la advocación virginal de la flor del maíz, era un culto a la fertilidad agrícola y humana. (Torre. 8-79)

A finales de julio la planta de maíz está dando flor o jilote y echando espigas, pero no es comestible. Este periodo puede coincidir con la canícula, la época del año más calurosa y seca, con una duración entre 20 o 30 días sin llover. Es la fase de crecimiento de la milpa de incertidumbre, pues la sequía puede prolongarse unas semanas y los cultivos se pierden.

La celebración a Xilonem, es una fiesta propiciatoria para solicitar las lluvias y lograr buenas cosechas. En aquel entonces, los gobernantes, los comerciantes ricos y agricultores prósperos ofrecían ofrendas, en forma de grandes convites al pueblo. Pues era el período donde las cosechas del ciclo anterior empezaban a escasear y así se evitaban hambrunas entre la población más vulnerable.

El cronista Juan de Torquemada refiere que hombres y mujeres con sus más ricos vestidos y enjoyadas se reunían en las explanadas de los templos de esta divinidad, donde al compás de la música bailaban juntos y cantaban. Las mujeres llevaban el pelo suelto sobre los hombros y las espaldas, representando a la mazorca de maíz tierno cuando suelta sus hebras delgadas sobre la envoltura del jilote cubriéndolo, pues se consideraba que mientras más hebras tuviera y más largas era señal de tener más granos de maíz, con el propósito de que el pueblo no padeciera de alimentos. (Torquemada. P.269-71)

CÓDICE DURÁN. 1587

El convite se realizaba después de mediodía, ofrecían en las plazas públicas a todos los asistentes, tamales y agua de chía con pinole durante varios días. El que repartía daba a cada uno lo pudiera caber en sus manos, cuentan los cronistas, que, si alguien trataba de tomar nuevamente y era sorprendido, se le golpeaba con una vara duramente y se le quitaba lo que había recibido y se retiraba sin nada. “Ocho días duraba este convite que hacía el señor a los pobres, porque cada año en ese tiempo hay falta de mantenimiento… en este tiempo solían morir muchos de hambre. Acabado el convite, comenzaba luego la fiesta; comenzaban luego a cantar y a bailar, hasta que se ponía el Sol, en el patio de los templos, donde había muchos braceros, altos y gruesos que apenas dos personas podían abrazar, estaban en hilera muchos de ellos y al anochecer le encendían fuego y a la luz de las llamas cantaban y bailaban. Para comenzar el areito salían los cantores de las casas que eran sus aposentos, en orden cantaban y bailaban de dos en dos los hombres y en medio de cada dos hombres una mujer.” (Sahagún.  P. 179-86)

El cronista describe con mucho detalle los diferentes tipos de tamales que se ofrecían a los convidados. Lo mismo describen minuciosamente las características de los diferentes vestidos que lucían las mujeres y los hombres quienes generalmente se habían destacado como valientes guerreros. De todo ello, podemos inferir, se hacía en una celebración al maíz, alimento que sustentó el florecimiento y esplendor de las culturas mesoamericanas, colapsadas por la invasión española.

La Fiesta del Lunes del Cerro, ¿Una reminiscencia prehispánica?

Algunas celebraciones prevalecieron después del sojuzgamiento militar español de manera subrepticia en la propia religión impuesta. La corrupción de las autoridades civiles y el clero, lejos de los ojos del Rey y su corte, permitió la sobrevivencia de ciertas creencias y prácticas de la antigua sociedad mesoamericana. En la región de Oaxaca, estas ceremonias se sincretizaron en el catolicismo prevaleciendo hasta el presente, a pesar de la violencia empleada para prohibirlas.

HOMENAJE RACIAL 1932. FOTO: AGEO

Se tienen testimonios y registros, que durante la colonia y en el siglo XIX, los pueblos zapotecos de los Valles Centrales celebraban la Fiesta del Cerro, en el mes de julio, donde la gente subía a los cerros cercanos a la comunidad a realizar ofrendas y celebraciones festivas para propiciar las lluvias y con ello garantizar las cosechas.

La ciudad de Lula’a hoy Oaxaca, fundada desde 1,500 años a.C., al pie del cerro del Fortín, no fue la excepción. Esta pequeña elevación fue el sitio propicio para las celebraciones, que por la cristianización debió haberse prohibido, adoptando el nombre de Fiesta del Cerro y asociándola con carácter pagano a la celebración a la virgen del Carmen. No se tiene registro desde cuándo fue establecida el tercer lunes de julio y su octava el siguiente lunes, es decir ocho días después, como menciona el cronista Sahagún, en la fiesta a Xilonem.

Con el paso del tiempo, la Fiesta del Cerro o Lunes del Cerro, trascendió a la población mestiza y criollas, quienes se fueron integrando a esta festividad. Ya en el siglo XX el Lunes de Cerro en el Fortín era la fiesta anual de los habitantes de la ciudad de Oaxaca, adoptando por costumbre, ir por la mañana a la celebración religiosa del templo del Carmen Alto, para después subir con la familia al cerro y permanecer hasta que el sol se iba poniendo.

LUNES DEL CERRO. FOTO: AGEO

En la explana que había en el cerro, llegaban bandas de música, marimbas, cantantes acompañados de guitarras y los asistentes participaban bailando. Las familias subían con alimentos elaborados y sobre un petate se sentaban a comer, invitando a amigos y conocidos a compartir los alimentos, estos se acompañaban de pulque, tepache o mezcal. Por la tarde, se dice, era costumbre que siempre caía un aguacero.

COREOGRAFIA INFANTIL  FIESTA DEL CERRO TLACOCHAHUAYA. 2018. FOTO: JDGR

En Tlacochahuaya, a unos 23 kms de la ciudad de Oaxaca, donde aún prevalece la lengua zapoteca, sus habitantes y comunidades circunvecinas continúan celebrando la Fiesta del Cerro. Después del mediodía, las familias se dan cita en el Cerro León, donde se tiene habilitado una explanada en su cumbre. La celebración se inicia con la entrega de ofrendas a las autoridades municipales de la comunidad, por las agencias, colonias y municipios vecinos que asisten. Las ofrendas consisten en grandes canastos piscadores llenos de tamales y frutas, así como aguas de frutas, cartones de cervezas y mezcal. La entrega es un acto solemne donde se desean parabienes para la comunidad y la celebración.

OFRENDAS. FIESTA DEL CERRO TLACOCHAHUAYA. 2018. FOTO JDGR

Las ofrendas se colocan alrededor del área donde se realizan danzas; las coreografías son preparadas exprofeso, algunas son chuscas y satíricas donde los integrantes del elenco sacan a bailar a las autoridades y a los asistentes. No hay bailables tradicionales “porque eso no es lo nuestro, lo impusieron los curas para sustituirlas por nuestras danzas originales” refiere el Profr. Moisés García director de la Casa de Cultura de Tlacochahuaya. Las autoridades ocupan una mesa especial y atrás de ellos se ubican sus esposas. Al iniciarse la música y las danzas, las señoras apoyadas por los topiles, inician la repartición de los alimentos y bebidas a todos los asistentes como dones que se comparten.

La Guelaguetza oficial, una ofrenda a las empresas turísticas

En el mes de abril de 1931 la ciudad de Oaxaca cumpliría 400 años de ser erigida por los españoles, el Gobierno del estado dispuso realizar una celebración donde se daría realce a la cultura indígena, para estar a tono con la política posrevolucionario, reviviendo y revalorando lo indígena. El programa contempló un evento cultural en la explana del cerro del Fortín, donde se realizaban las fiestas del lunes del Cerro, denominándole para aquella ocasión “Fiesta Racial”.

La fiesta “racial” contempló un desfile de señoritas de “la sociedad oaxaqueña”, quienes, con cierto desprecio, vistieron trajes de gala de las indígenas de los diferentes pueblos originarios de Oaxaca. Se presentaron algunas danzas que mantenían los pueblos, que en su mayoría las coreografías habían sido modificadas por sacerdotes evangelizadores con danzas y música europea (sones, valses, jarabes, chotis, etc.), desde los primeros siglos de la colonización.

El hallazgo de la tumba 7 en Monte Albán, a principios de enero de 1932, representó un boom de la arqueología mexicana, convirtiendo a Oaxaca en un centro de interés turístico a nivel mundial lo que despertó el interés de los empresarios de la industria turística.

A finales de los años 50s, los empresarios que incursionaban en el turismo, hoteleros y restauranteros, a través del Gobierno del estado, que eran de las mismas familias, decidieron tomar las fechas del Lunes del Cerro, en el mes de julio para montar este espectáculo, ahora con fines netamente turísticos, bautizándole con el nombre de “Guelaguetza”.

El término Guelaguetza, tiene raíces zapotecas, que junto con la “gozona” o la “mano vuelta” son instituciones indígenas de solidaridad y apoyo mutuo, que funcionan en sociedades sometidas colonialmente y que perviven como mecanismo de resistencia cultural. Sin embargo, está festival turístico empresarial, solo retomó el nombre, pues los únicos que aportan su “Guelaguetza” son los grupos de danzantes quienes no reciben nada a cambio de quienes se benefician del espectáculo: los empresarios hoteleros, restauranteros, revendedores de artesanías y transportistas, quienes obtienen importantes ingresos económicos por el flujo turístico, sin devolver su Guelaguetza a las comunidades indígenas participantes.

Para mayor control de este espectáculo, crearon un Comité de “Autenticidad” con los familiares de empresarios, ricos en dinero y en prejuicios raciales, pero miserables en conocimiento de cultura indígena de Oaxaca. Estos personajes deciden sobre el vestuario, las coreografías, quienes participan, lo que se dice, con la idea de complacer al turismo extranjero.  Un programa donde los “indios” rindan pleitesía a sus explotadores y dueños de sus destinos, creando estampas del indio colonizado pero feliz.

A finales de los años 70s, se construye el auditorio “Guelaguetza” y a partir de ese momento se comienza a cobrar la entrada, aumentando el precio año con año, hasta convertirlos en inaccesible al pueblo oaxaqueño. Convirtiéndose en un espectáculo exclusivamente turístico, pero promocionado como “La máxima fiesta de los oaxaqueños”. Durante la década de los años 90s se añade una segunda función en ambos lunes y en el 2018, el área superior de las gradas del auditorio, que habían permanecido con acceso gratuito al público, se empieza a cobrar.

Los precios de los boletos van de los $ 1,400 y desde algunos años atrás la Secretaria de Turismo, organiza una “preventa” de boletos en el mes de marzo. En ésta, el boletaje es acaparado por agencias de viajes, hoteleros y revendedores; donde se compran los sitios mejor ubicados para observar el espectáculo. Cuando los boletos salen a la venta al público, son pocos y están en los lugares más alejados del escenario. Algunas empresas turísticas solo los venden en “paquetes”, que incluyen el hospedaje y la renta de vehículos. Sin embargo, a unos días del evento, los boletos se empiezan a revender por particulares entre 3 y 4 mil pesos.

La Guelaguetza Magisterial una alternativa acrítica

PRESENTACIÓN DE LA DIRIGENCIA MAGISTERIAL. GUELAGUETZA ALTERNATIVA. 2018. FOTOS: JDGR

Es bien sabido por los oaxaqueños, que quienes preparan a las delegaciones de bailarines para la Guelaguetza oficial, son profesores miembros de la sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación SNTE. En el 2006 el gobierno del Estado reprimió cobardemente el plantón que sostenían los profesores de este sindicato y éste hecho dio pie a la conformación de la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca APPO, para exigir la destitución del gobernador, entonces se decidió impedir la realización de la Guelaguetza oficial, el movimiento toma el auditorio, causando destrozos que impidieron materialmente la realización de dicho evento, quedando cancelado.

Sin embargo, la Sección XXII decide organizar una Guelaguetza “Alternativa” en el estadio del Instituto Tecnológico Regional de Oaxaca. Sin ningún cuestionamiento del formato de la Guelaguetza oficial, los organizadores retoman todo el modelo; se permite el acceso libre a los asistentes y sólo se modifica el discurso oficial por uno “combativo”. Se permite que en la entrada principal del estadio se instalen puestos de comida, artesanías y un sinfín de productos. Lo cual representa importantes ingresos para los organizadores, quienes se ahorran los programas de mano del evento, así como las medidas de seguridad en caso de alguna eventualidad.

DESFILE CON IMÁGENES RELIGIOSAS. GULAGUETZA ALTERNATIVA. 2018. FOTOS: JDGR

La Guelaguetza se programa a las 10:00 am, empezando generalmente una hora después; el público espera desde muy temprano para apartar buenos lugares, bajo el intenso sol de la canícula. El inicio del evento da paso a una prolongada presentación de dirigentes  magisteriales e invitados de organizaciones sociales “en lucha” y después de los discursos exigiendo la derogación de la Reforma Educativa, inician con el desfile de las delegaciones de bailarines y posteriormente vienen los bailables, haciendo énfasis en los rituales católicos (bodas, mayordomías, etc.) paseando imágenes de santos, vírgenes y Cristos, a pesar de que la educación es laica y la dirigencia magisterial se reivindica de “izquierda”.

VENDEDORES AMBULANTES. GUELAGUETZA ALTERNATIVA 2018. FOTOS: JDGR.

No se habla del contexto histórico de la Guelaguetza, de sus antecedentes como las Fiestas del Cerro o del proceso de privatización de esta festividad popular, ni de su carácter como una institución indígena de origen prehispánico de solidaridad y ayuda recíproca. Todo se remite a un espectáculo folclórico. El público se ve constantemente obstruido por los vendedores ambulantes de semillas, refrescos, botes de aguas, comida, sombreros, sombrillas, Etc., todos ellos deambulan sin orden entre las gradas, pregonando sus productos sin consideración a lo que pueda estar sucediendo en el escenario. Los baños se llenan de papel higiénico usado y basura, la falta de agua hace que emanen olores fétidos por todo el entorno, los pasillos se ven saturados de puestos de mezcal, playeras, aguas, Etc.

Los encargados de hablar en el micrófono oficial jamás se refieren a la venta y siembra de maíz transgénico autorizado por el gobierno o del daño que las empresas mineras están provocando al medio ambiente y a los cultivos en las comunidades de donde provienen las delegaciones de bailarines. Tampoco hacen referencia al daño por consumir alimentos chatarra y refrescos de empresas trasnacional que son los que se ofrecen en venta. No prevalece ningún criterio “alternativo” todo es consumismo desmesurado.

Cuando el Sol llega al cenit, mucho antes de que el programa termine, los asistentes muestran aburrimiento ante los reiterativos discursos políticos de los presentadores y comienzan a abandonar el estadio en oleadas, dejando a los esforzados danzantes bailando para unos cuantos que aún están en alguna sombra o todavía esperan ver a sus familiares salir al entarimado. Afuera, en la entrada, el grueso del público está en la vendimia, comprando playeras, mezcal o chucherías, otros botanean y beben cervezas en los comedores improvisados, carentes de higiene, entre indigentes y perros callejeros.

Todo el esfuerzo de las delegaciones de bailarines y músicos, que viajaron 6 o 8 horas para presentarse un instante se ve desairado por la desorganización y un acrítico concepto de “alternativo”. Siendo los artistas los únicos que verdaderamente dan su Guelaguetza, sin recibir nada a cambio, contradiciendo lo que establece la costumbre.

Eso sí, con ello se logra aminorar la presión social hacía la Guelaguetza oficial, cuyos precios son prohibitivos para el pueblo, donde el gobernador y sus amigos se regodean presidiendo la “máxima fiesta de los oaxaqueños” sin oaxaqueños. Así, nadie se cuestiona de una celebración popular como La Fiesta del Cerro haya sido privatizada por la clase política-empresarial, convirtiéndola en un espectáculo frívolo, con ropa típica, despojado de su verdadero significado para ofertarla como una marca comercial que sí se vende.

                                                                           Desde algún lugar de Oaxaca, Junio de 2022

Juan de Dios Gómez Ramírez / Binigulazáa AIPIN

REPARTO DE MEZCAL A LOS ASISTENTES. FIESTA DEL CERRO TLACOCHAHUAYA 2018. FOTOS JDGR

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LECTURAS

Juan de TORQUEMADA. Monarquía Indiana. UNAM. 1978. México

Diego DURAN. Ritos y Fiestas de los antiguos mexicanos.Edit. Innovación S.A. 1587/1980. México

Bernardino de SAHAGÚN. Historia General de las Cosas de la Nueva España. T. I. 1986. México.

Gregorio TORRES QUINTERO. Fiestas y costumbres aztecas. Serie Que sé…Ed. M. Purrúa. 1979. México

Jorge F. ITURRIBARRIA. La Guelaguetza como un espectáculo es un remedo del Homenaje Racial”, en la conmemoración del Cuarto Centenario de la exaltación de Oaxaca al rango de Ciudad. En: Sucedió en Oaxaca. Colecc. Glifo. 1992. México.

Jesús LIZAMA QUIJANO. La Guelaguetza en Oaxaca. Fiesta, relaciones interétnicas de construcción simbólica en el contexto urbano. CIESAS. 2006. Oaxaca

Deborah POOLE. Mestizaje, distinción y presencial cultural: la visión desde Oaxaca. Fotocopias. 2004

Diana ALVAREZ  y Cristian DALAI. Se celebra la Guelaguetza Popular y Magisterial por décimo año consecutivo. www.laizquierdadiario.mx.  22 de julio de 2015. México.

Marcela SALAS CASSANI. La Guelaguetza: fiesta recuperada por el pueblo. https://desinformemonos.org. 1 agosto 2010. México

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La celebración de los muertos ni prehispánica, ni cristiana

Juan de Dios Gómez Ramírez / Binigulazáa

Espíritus vivos.

Espíritus muertos.

Esta es nuestra fiesta,

Asomemos un instante nuestros mundos.

Nosotros tenemos corazón, ustedes también.

En esta vida que no es eterna.

En esta muerte que no es eterna.

Juan Gregorio Regino

Para Francisca, Leonardo y Virgilio,

que descansan en el Mictlán

MURAL EN LAS PAREDES DE OAXACA. AUTOR ANÓNIMO. FOTO: GUBICHA ZAAPECHE. MMXXI.

Las civilizaciones mesoamericanas, al igual que todas las culturas del mundo antiguo, desarrollaron un complejo sistema de creencias religiosas, éstas fueron muy diferentes a las que impusieron los españoles con la invasión a nuestro Continente. En particular en sus creencias sobre la muerte y lo que había más allá de la vida.

Como han podido corroborar los historiadores e investigadores, en la amplia región de Mesoamérica prevalecía un sistema de creencias religiosas muy semejantes entre sí. El panteón de divinidades era prácticamente el mismo, con algunas variaciones regionales y con nombres en sus propias lenguas.1 También en los aspectos de la organización social y política se compartieron semejanzas, lo que muestra la gran interacción que prevaleció en las culturas asentadas en este territorio.2

Un origen ancestral del culto a los muertos

MURAL EN LAS PAREDES DE OAXACA. AUTOR ANÓNIMO. FOTO: GUBICHA ZAAPECHE. MMXXI.

El culto a los muertos, se empieza a documentar, con el hallazgo de los antiguos entierros, que datan de alrededor de dos mil años antes de nuestra Era. Junto a las osamentas fueron depositados al principio, sencillas ofrendas, pero al transcurrir del tiempo se fueron haciendo más ricas y elaboradas, así como la evolución de sencillos entierros que se trasformaron en elegantes tumbas 3. Como se puede apreciar en la tumba de Huijazoo en Suchilquitongo y en la rica ofrenda de la tumba 7 de Monte Albán, que suponen fue una inhumación en los primeros tiempos de la colonia, reutilizando una tumba zapoteca, por una difunta mixteca.

Este proceso evolutivo, permite inferir que, a través de varios miles de años, se fue construyendo un pensamiento más complejo de lo que había después de la muerte; pues se asegura que las ofrendas eran para el camino que habría que recorrer hasta el lugar donde habrían de llegar los muertos o más bien el Lachitao “alma” 4 en zapoteco o Teyolia, 5 en nahoa, la “semilla del ser” o la energía vital, que era la que viajaba después de que el individuo fallecía. Según nos cuentan los testimonios que recoge Tezozomoc y Torquemada.

¿A dónde se van los muertos?

MURAL EN LAS PAREDES DE OAXACA. AUTOR ANÓNIMO. FOTO: GUBICHA ZAAPECHE. MMXXI.

A diferencia de los mitos judeocristianos, que se caracterizan por fundar religiones patriarcales; las religiones mesoamericanas, se basaba en la dualidad y no se castigaba a los infractores o pecadores con el infierno y crueles tormentos, como los que infringía la Santa Inquisición en nombre de Dios; además se carecía de una divinidad equiparable con el demonio o satanás, de igual manera no existía un lugar con las características del infierno, como el descrito por Dante Alighieri. Aunque los españoles se esforzaron por ajustar las comparaciones, solo lograron burdas asociaciones con divinidades indígenas dotadas de atributos extraordinarios, que hoy en día maravillan a los estudiosos, pues pocos santos o vírgenes podrían realizar tan magníficos prodigios.

Entre los zapotecos la divinidad asociada con la muerte se conocía como Pitao Bezelao(Pi, be: aliento, viento; Tao o dao: inconmensurable y Piezi: Oráculo; Lao: de lo alto) 6, también se le conoce como Señor de los sueños, la adivinación y los sortilegios. Los mixtecos le llamaron Shacua; los mexicas, Mictlantecutli y los mayas Yum Kimil o Ah Puch, en cada lugar variaron sus atributos. 7 Se representaba como una divinidad descarnada o una calavera, algunas veces con nariz de cuchillo de obsidiana y generalmente era quien recibía a los muertos en el lugar del descanso, que los zapotecos llamaron Liooba o lugar de tumbas, que para los mexicas fue el Mictlán donde viajaba el Lachitao o Teyolia (especie de alma) de todos los que morían de muerte natural, fueran jóvenes o ancianos, ricos o pobres, nobles o plebeyos, lugar que se asocia a la profunda cueva de Mitla de la que mencionan los cronistas y  Xibalbá que refieren los mayas en el Popol Vuh.8

Pero además había otras tres mansiones o lugares donde iba el Lachitao o Teyolia de los difuntos, según mencionan Torquemada y Sahagún. Uno de estos lugares era el Chichihuacuauhco, «En donde está el árbol nodriza», allí van los niños que mueren sin haber llegado a la edad de la razón. Es un portentoso árbol cuyas ramas están cuajadas de chiches, donde los niños muertos llegan a prenderse de ellas hasta que les toca volver a nacer. La otra gran residencia, es el Tlaloccan «El paraíso de Tlaloc», donde van los que perecen por ahogamiento, por la caída de un rayo o por alguna enfermedad relacionada con el agua como hidropesía. Se dice que este lugar era un hermoso y florido jardín, cruzado por arroyos de aguas cristalinas y mansas, donde los residentes pasaban el tiempo entre juegos y cantos. En los murales de Teotihuacan, según los estudiosos, se representa una escena del Tlaloccan. La tercera mansión lleva el nombre del Ilhuicatl Tonatiuh, «Lugar de fiesta del Sol», es la residencia del sol, donde van los hombres y mujeres que mueren en un acto heroico por proteger a su familia o su comunidad, ahí también residen las mujeres que mueren durante el parto, por considerarse una acción heroica de gran valor. Y agregan que al morir se convertían en colibrís, para realizar sus prodigiosos vuelos frente a nuestros ojos para que disfrutemos de sus tornasolados colores y acrobáticos giros durante cuarenta días, antes de subir al Ilhuicatl Tonatiuh. 9

¿Cómo era el camino al Mictlan?

MURAL EN LAS PAREDES DE OAXACA. AUTOR ANÓNIMO. FOTO: GUBICHA ZAAPECHE. MMXXI.

Para muchos investigadores la comunidad de Mitla, en Oaxaca, despierta gran interés porque su nombre en zapoteco o nahua, está asociado a esta residencia del mito prehispánico, lugar donde descansan los muertos. El fraile historiador Francisco Burgoa menciona que en Mitla se construyó un suntuoso palacio el cual era nombrado como Yoho pecheliche Pezelao. “Mansión del más alto de los oráculos”, considerado como el más importante santuario, donde acudían peregrinaciones desde el Anáhuac y desde Centroamérica 10. Menciona el cronista que, bajo el templo católico, estaba el acceso a una profunda caverna de unas 40 leguas de profundidad (unos 160 kilómetros). A ella accedió un grupo de autoridades españolas y frailes dominicos, observando infinidad de restos óseos, pero después de haber avanzado un buen tramo, una corriente de aire les apagó las teas, por lo que más por pánico que por la oscuridad salieron despavoridos de aquella caverna, tapiando la entrada con cal y canto, con la intensión de que nadie volviera a penetrar a ella. 11

Como mencionamos anteriormente al Mictlan iban todos los Lachitao o Teyolia, de las personas que morían de muerte natural. Según la tradición, el cuerpo de Cosijoezaa, coquitao o Señor de Zaachila fue llevado a Mitla a su muerte, al igual que sus antepasados.12

Esta era la única mansión, donde el Lachitao de los muertostenía que realizar un largo y tortuoso camino, se piensa que esto era así para purificarse de todos los pesares, errores, faltas y crímenes cometidos en la vida, para llegar al Mictlan purificados y el Lachitao o Teyolia sereno pueda alcanzar el descanso eterno.

1. Este camino se inicia auxiliado por un perro de color bermejo para cruzar el profundo río Apanoayan o Apanohuaya, el “Paso del agua”;

2. Después, despojado de toda vestidura, se cruza por entre dos montañas que chocan entre sí, la una contra la otra, y que llaman: Tepetl Monamictía o Monanamicyan, “Cerros que se juntan”;

3. Luego pasan por un cerro erizado de filosos pedernales, el Itztepetl o cerro de las navajas.

4. A continuación, se atraviesa el Cehuecayan, “Ocho collados” o zonas de lomeríos en la que todo el tiempo está cayendo nieve y prevalece un frío invernal.

5. Después de cruzar aquellos gélidos parajes se pasan ocho páramos en donde los vientos helados cortan como filosos cuchillos, llamados Itzehecayan o Yeehecayan, “Viento que corta como navajas”.

6. Posteriormente se cruza el Apanhuiayo, de aguas profundas y oscuras en donde vive el monstruoso lagarto Xochitonal;

7. Más adelante se tienen que atravesar nueve profundos y anchos ríos, llamados Chiconauhapan.

8. Enseguida se cruza un paraje boscoso de donde surgen de su espesura mucha gente, armados con arcos flechando al transeúnte: Este lugar se llama Temiminaloya o “Lugar donde la gente es flechada”.

9, Finalmente se tiene un encuentro con un gran jaguar que se come el corazón, el lugar se llama Teocoylehualoyan o Teyollocualoyan, “Donde el jaguar se come el corazón”, Por lo que se dice que el Lachitao o Teyolia residía en el corazón y aunque se consideraba indestructible, cuando el jaguar devoraba el corazón, todo fenece. 13
Como observamos, este accidentado viaje tenía que cruzar por los nueve lugares mencionados, es por ello que se cree, que en nuestros pueblos prevalece la costumbre de rezarle a los difuntos durante nueve días después de su fallecimiento, lo cual no forma parte de la liturgia de la iglesia y tiene el propósito de ayudar al difunto en su difícil viaje. Al final de éste, a la entrada del Mictlan está Mictlantecutli y su compañera Mictlancihuatl para recibir el Lachitao o Teyolia del difunto, y conducirlo al lugar donde reposará para siempre.

Amnistía cristiana y salvoconducto al Mictlan

MURAL EN LAS PAREDES DE OAXACA. AUTOR ANÓNIMO. FOTO: GUBICHA ZAAPECHE. MMXXI.

Como todos sabemos, incontables ministros de la iglesia católica y de las religiones cristianas, al igual que la feligresía han incurrido en todo tipo de excesos y crímenes, configurando pecados mortales y veniales, la mejor solución para su absolución y ser admitidos en el cielo, es el arrepentimiento un instante antes de la muerte, además de pagar algunas misas e indulgencias. Así de simple, se puede lograr una amnistía de toda una vida licenciosa. Pero, en el caso de las creencias prehispánicas, según escribieron los cronistas, era muy diferente.

Por ello, cuando alguna persona moría, los maestros de las ceremonias mortuorias, vestían al difunto, de acuerdo a la divinidad protectora del oficio que realizó en vida. Se le acompañaba con un jarro de agua para el viaje y les ponían unos pedazos de papel, explicando con jeroglíficos, el uso que debía hacer de ellos.

Al darles el primer papel, el maestro de ceremonia le decía al muerto: “con esto pasarás sin peligro entre los dos montes que están peleando. Al darle el segundo papel le decían: con este caminarás sin estorbo, defendido de la gran serpiente. El tercer papel le decían: Con este irás seguro por el pantano del gran cocodrilo Xochitonal.” Los papeles eran salvoconductos para cruzar los obstáculos antes de llegar al Mictlan. Para preservarlo del frío del lugar quemaban algunos vestidos, sus armas y algunas provisiones. Mataban un perrito doméstico para acompañar al difunto en el viaje, para ayudarle a cruzar el río Chiconauhapam. Por último, si quemaban el cadáver, recogían en una olla las cenizas y entre ellas ponían una cuenta de jade, que le había de servir de moneda o corazón. Enterraban la olla en un hoyo hondo y se hacían oblaciones de tortillas de maíz y pulque durante nueve días, en otros casos el cadáver era depositado en una suntuosa tumba o en un sencillo entierro, según su condición social y en la boca le depositaban la cuenta de jade. 14

La celebración cristiana a los muertos no tiene origen cristiano

MURAL EN LAS PAREDES DE OAXACA. AUTOR ANÓNIMO. FOTO: GUBICHA ZAAPECHE. MMXXI.

Los pueblos precoloniales, asentados en Mesoamérica, compartían dos calendarios principales: uno ritual u oracular, que se componía de 260 días (Pije, para los zapotecos). El cual se empleaba como oráculo, para escoger el mejor día para sembrar, casarse, comerciar, viajar, etc., también para poner nombres a los niños y elaborar su chimalli o destino. Pero el que nos interesa es el calendario de 365 días (Iza, para los zapotecos), compuesto de 18 “meses” de 20 días, más cinco adicionales, considerados días inútiles o aciagos. Cada “mes” o veintena era presidida por una divinidad, a la que se le realizaban ofrendas, ayunos, veneraciones y fiestas, la mayoría, de estas celebraciones, estaban asociadas con la agricultura, la vida y la muerte.15

En el 9º “mes” llamado Miccailhuitl«Fiesta o Fiestecita de los Muertos» se veneraba a los niños muertos y bailaban con gran tristeza», también se conoció como Tlaxochimaco «Se dan flores» y se iniciaban el 8 de agosto. Su signo era un cadáver amortajado. El 10º “mes” se realizaba la celebración en la que se consagraban a los muertos adultos, según Diego Durán se llamó Hueymiccailhuitl «Gran fiesta de los Muertos», la cual se iniciaba el 28 de agosto. 16

Con la consumación de la conquista española, la celebración indiana a los muertos se trasladó al mes de noviembre. Sin embargo, es importante recordar que el día dedicado a los difuntos se instituye al catolicismo en el siglo VIII, por el obispo Bonifacio IV, en la provincia de Maguncia, Alemania fijándose el 1 de noviembre. Esto se debió a la costumbre que prevalecía en los pueblos germanos desde los tiempos precristianos. Tradición que había sido introducida por los celtas 300 años antes de Cristo, la cual dió origen al halloween. Por lo que, en el año 998, la iglesia la incorpora oficialmente, para celebrar las almas de los fieles difuntos.

Es en Francia, hasta el siglo XII, cuando el benedictino Odilón abad de Cluny, introduce en la liturgia una celebración anual dedicada a los muertos cada 2 de noviembre. 17 Al conjugarse estas dos fechas, con las costumbres prehispánicas, se establece que el día primero será dedicado a los niños, como el mes indígena Miccailhuitl y el segundo día a los adultos, como el mes Hueymiccailhuitl.

La velada a los difuntos en el cementerio

MURAL EN LAS PAREDES DE OAXACA. AUTOR ANÓNIMO. FOTO: GUBICHA ZAAPECHE. MMXXI.

Es costumbre leer en la propaganda que fomenta el turismo, la incursión a los panteones como en Michoacán y Oaxaca donde la gente va al cementerio “a recibir” a sus difuntos el día 31 de octubre “como una tradición indígena prehispánica”. Nada más falso, pues en la antigüedad se enterraban a los difuntos en la casa donde había vivido, y durante la colonia eran sepultados en los atrios y en los mismos templos, costumbre traída por los europeos. Fue hasta el periodo en que gobernó Benito Juárez García, cuando se decretó el establecimiento de los cementerios por considerarse un asunto de salud pública. 18

Los historiadores han documentado que, entre los pueblos europeos precristianos, como los romanos y griegos, prevalecía la costumbre de que, en ciertas fechas, se visitaban algunos templos, llevando pan, vino y otros alimentos como ofrenda a los muertos y realizaban comidas en el lugar durante la noche. En las provincias de Italia, los templos antiguamente paganos, y después bajo el catolicismo, continuaron siendo concurridos por el pueblo en estas festividades. Estas costumbres fueron llevadas por los romanos a sus colonias como en la península Ibérica, de donde fue trasladada a nuestro Continente, enraizándose como una tradición en algunos pueblos indígenas, alentada por los evangelizadores. 19

Lo que podría prevalecer como costumbres prehispánicas

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Cómo podemos observar, ninguno de los aspectos mencionados, se apega propiamente a una tradición prehispánica, y en algunos aspectos tampoco a los propios dictados bíblicos y cristianos; lo que confirman dos cosas: que las costumbres y la cultura no son estáticas, sino dinámicas y cambiantes, y que los mexicanos somos pragmáticos y eclécticos, ya que, al pasar de los años ha seleccionado lo que le es más apropiado y práctico de cada tradición – cristiana y prehispánica- incorporándolos a su manera, para tener una alegre festividad donde hay convivencia familiar y comunitaria. Pues, como se dice, hay que recibir a nuestros difuntos, contentos para que no se pongan tristes.

Quizá, solo algunas reminiscencias precoloniales prevalecen aún, pero muy diferentes, como la instalación del altar, que en otros tiempos pudo haber tenido todo el simbolismo que actualmente les dan los mayas peninsulares durante el hanal pixán, que muestra aspectos de la cosmovisión del mundo prehispánico. También el gusto especial por las ofrendas para que los difuntos, al visitar al hogar de los vivos, disfruten de los alimentos y bebidas que fueron de su gusto; con ello, la elaboración de algunos guisos especiales, como el petlatamal o el mucbil pollo. Hay que destacar, que estas celebraciones, no sería lo que son, sin el entusiasmo y alegría del pueblo para realizarla, principalmente de la población indígenas y mestiza, quienes dan un carácter de originalidad, por ser una celebración donde se funden raíces culturales indoeuropeas e indoamericanas.

Tlalixtac de Cabrera, Oaxaca. Octubre de 2021

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REFERENCIA Y LECTURAS

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El Señor del Rayo, Pitao Cocijo en la catedral de Oaxaca

Por Juan de Dios Gómez Ramírez / Binigulazáa-AIPIN

El pensamiento religioso de un pueblo que se mantuvo por más de dos mil años no ha sido fácil de borrar por el colonialismo que sustituyó imágenes y rituales, pues a pesar de ello en el presente, prevalecen los sentimientos esenciales por las divinidades ancestrales.

En el corazón de la ciudad de Oaxaca, la antigua Lu’ula, se mantienen viva una celebración que devienen de la cosmogonía antigua de los binizáa o zapotecas. Ésta ocurre cada año en el templo de la catedral en el día 23 de octubre.

Por tradición oral se cuenta que debajo de ella hay otro templo de origen prehispánico, al igual que en la catedral de la ciudad de México. También se sabe que, durante la colonia, antes de la construcción del actual templo, se hiso una capilla frente al actual edificio central de la universidad donde los nativos de los pueblos del Valle acudían anualmente en grandes cantidades para venerar la imagen de un Cristo crucificado al que se le conocía como Señor del Rayo. Esta imagen, de la cual los curas en aquel tiempo inventaron una historia, que históricamente no ha sido posible corroborar, para hacer creer a los fieles que había sobrevivido, gracias a un milagro, de un incendio del templo.

El Señor del Rayo es Pitao Cocijo (Pi o bi, aliento; Tao o dao, sagrado y Guzi, rayo; Xoo, temblor), Dzahui para los mixtecos y Tlaloc para los mexicas, la divinidad que trae las lluvias. Cuando se terminó de construir el magnífico edificio de la catedral, fue dedicada a San Marcial, patrón de los temblores, de quien en la actualidad nadie se acuerda durante el día de su celebración en el mes de julio. Sin embargo, el Señor del Rayo todo el año es visitado en su capilla, cuya imagen se llena de “milagros” de plata y oro por sus poderes milagrosos. Ésta se ubica sobre la calle del Sagrario esquina con Independencia, donde antiguamente estuvo su capilla y probablemente el templo prehispánico.

A diferencia de San Marcial, su fiesta o celebración es una de la más importantes de la ciudad con una duración de dos semanas en el mes de octubre, la que coincide con la 13ª. Veintena o mes del calendario zapoteca, llamado Zaha (Tepeilhuitl de los mexicas), dedicado a la veneración a Pitao Cocijo, en agradecimiento por las lluvias recibidas y las cosechas obtenidas, del antiguo calendario zapoteco Iza o Xiuhpohualli para los mexicas de 365 días. (Alcina. 1993)

Los arqueólogos coinciden que Pitao Cocijo fue la divinidad “consentida” de la mayoría de los pueblos indígenas, en particular de los asentados en los Valles Centrales, por la cantidad de imágenes en cerámica con su representación encontradas. Para los antropólogos este fenómeno de sustitución de una divinidad prehispánica por una católica le denominan eufemísticamente sincretismo religioso. Sin embargo, podríamos considerarlo una usurpación consciente de las jerarquías católicas por los beneficios económicos y mercadotécnicos que les retribuye la fe de los creyentes. Desafortunadamente para estos casos no es posible legislar un copyright, como ha sucedido con el Himno Nacional y la imagen de la virgen de Guadalupe que lucran otras entidades ajenas del país.

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La antigüedad de la ciudad de Oaxaca y una historia por reescribir

Por Juan de Dios Gómez Ramírez / Binigulazáa

El afloramiento de hallazgos arqueológicos en el centro histórico de la ciudad de Oaxaca, ponen a la historia oficial patas para arriba, por lo que será necesario reescribirla y actualizarla para darle congruencia a una realidad negada por los cronistas complacientes con la oligarquía autóctona.

  Las ciudades de México y Oaxaca están a un año de cumplir quinientos años de la invasión militar española. Irrupción violenta que tuvo un alto costo de vidas, de dolor y tristeza, dejado profundas heridas que aún no han cerrado por los abusos, la discriminación y la situación de pobreza, en que se mantienen a los pueblos originarios por los sucesivos gobiernos de “criollos” y mestizos.

Durante todos esos años, este sector de la sociedad nacional y local han tenido en sus manos el gobierno, el comercio, la educación, las religiones cristianas y las fuerzas armadas, para garantizar el control del poder político, económico e ideológico, sobre los pueblos indígenas y la inmensa mayoría de la clase media y los pobres del campo y la ciudad. Aplicándose lo que Pablo González Casanova le llamó el “colonialismo interno”.

Para legitimar este poder, fue reinventado la historia, que hoy en día, los escolares se ven obligados a repetirla una y otra vez para aprobar sus asignaturas. Sin embargo, el tiempo va agrietando esos dogmas con nuevos hallazgos, con la aguda investigación de nuevas generaciones de académicos desprovistos de los prejuicios raciales creados en tiempos coloniales y por los vestigios arqueológicos que han venido aflorando los últimos años en céntricas calles de la ciudad de Oaxaca.

Muchos libros se escribieron para demostrar empeñosamente que la ciudad de “Antequera” había sido fundada por honorables españoles en un bosquecillo de huajes, donde no habitaba nadie y que Huaxyacac, la guarnición militar mexica y luego asiento de Marqués del Valle estaba en otro sitio. Dándole a un barrio mexica, al poniente de la ciudad, el nombre del Marquesado para simular este engaño ante la Corona por el conflicto que hubo entre los primeros colonos españoles asentados en Huaxyacac, por arrebatarle su posesión a Hernán Cortés.

Pero, la historia nos muestra que ni eran honorables españoles, ni había un bosquecillo de huajes despoblado y si era un sitio habitado donde estaba asentada una importante ciudad fundada por los zapotecas alrededor de tres mil años antes, y en la que Cortés mandó construir su casa. Un lugar donde aún hoy prevalecen importantes evidencias de este asentamiento, las cuales haremos referencia brevemente.

Un estilo arquitectónico zapoteco

Una de estas evidencias que muestran la importancia de aquella ciudad es el edificio del Palacio Federal, a un costado del edificio central de la Universidad Autónoma “Benito Juárez”, sobre la avenida Independencia y por donde no hay oaxaqueño que no haya pasado, muchos de ellos sin detenerse a mirar su extraordinaria fachada, similar a los paramentos de los edificios de Mitla y Monte Albán, donde se observa el talud al arranque del muro y tableros rematados por ambos lados por un “doble escapulario”. Hasta el presente se ignora cuando y quien lo mandó a construir para que fuera ocupado por el arzobispo desde los primeros años de la colonia hasta la Independencia. (Esteba. 1910)

El Señor del Rayo o Pitao Cocijo

La otra evidencia, aún más viva, la encontramos enfrente de este vetusto edificio y está nada menos que en la catedral. Por tradición oral se cuenta que debajo de ella hay un templo indígena, al igual que en la catedral de la ciudad de México. También se sabe que antes de la construcción de este templo, se hiso una capilla, frente al edificio central de la universidad, donde los indios de los pueblos del Valle acudían anualmente a celebrar la imagen de un Cristo crucificado al que desde entonces se le conocía como Señor del Rayo.

El Señor del Rayo es, nada más ni nada menos que, Pitao Cocijo o Tlaloc para los mexicas. Cuando se terminó de construir el magnífico edificio de la catedral, esta fue dedicada a San Marcial, patrón de los temblores, de quien nadie se acuerda durante el día de su celebración en el mes de julio. Sin embargo, el Señor del Rayo todo el año es visitado en su capilla, sobre la calle del Sagrario esquina con Independencia y su celebración es una de la más importantes de la ciudad con una duración de dos semanas en el mes de octubre, que coincide con la 13ª. Veintena o mes del calendario zapoteca, llamado Zaha (Tepeilhuitl de los mexicas), dedicado a la veneración a Pitao Cocijo, en agradecimiento por las lluvias y las cosechas obtenidas. (Alcina. 1993)

La Casa de Cortés

Aún con estas evidencias, algunos cronistas oficialistas, se aferraron a repetir las patrañas del cura Pedro Franco, que Huaxyacac estaba en otro sitio “Esta ciudad no se halla haber tenido otro nombre sino Antequera, y llamarse algunas veces Guaxaca, (que) no es nombre propio de la ciudad, sino una villa poblada de indios mexicanos, de donde se dijo el valle “de Guaxaca”. En esta villa y lugar tenía Moctezuma, señor de México, su guarnición antiguamente. Y, después, la Audiencia Real señaló la dicha villa de Guaxaca por propios de esta ciudad, y de aquí se confundió y usurpó el nombre de Guaxaca por propios desta ciudad, atribuyéndose también a la ciudad cuyo nombre propio es Antequera solamente.” (Relación de Oaxaca. 1579).

A finales del milenio anterior comenzó a circular una fotografía de un plano del centro de la ciudad fechado en 1688, del Archivo General de Indias, quizá una copia de uno más antiguo. Al centro se dibujó un cuadro o manzana y al centro una pequeña fuente y hacia oriente, en la manzana de enfrente, se dibujó una puerta antecedida por unas escaleras que subían a una plataforma, poco común en las edificaciones de los españoles, en la calle que los separa está escrito “Casa del Márquez”, ésta lleva el nombre “calle de la Plaza Principal”, lo que es hoy la de Miguel Cabrera. Evidentemente, se trata de la casa de Hernán Cortés sobre una plataforma en la que los mexicas, construyeron la sede del tlatoani de Tenochtitlan, edificada a su vez sobre la residencia del Coqui zapoteco que gobernaba antes de la destrucción de la ciudad ordenada por Ahuizotl en 1494. (González. 2001)Esta historia falta por documentarse con más amplitud, apoyada con estudios integrales.

La Ex-Comisaria sobre 2,500 años de historia

 Durante las exploraciones arqueológicas efectuadas por el INAH en la exComisaria, en la misma manzana, sobre la calle de Aldama casi esquina con Miguel Cabrera, realizadas en el 2005, se logró documentar que “por debajo del nivel de los muros prehispánicos… se identificó cerámica obtenida de los pozos 1 y 2, únicas unidades de exploración en donde se pudo llegar a una mayor profundidad. Estas cerámicas corresponden al posclásico (Monte Albán V), Monte Albán IIIA, Monte Albán II y Monte Albán I, esto es 500 a.C.” Este informe fue publicado por el Ayuntamiento de la ciudad en un libro titulado “La Real Alhóndiga de Antequera”, en el año de 2014.

 Vestigios de 800 años a. C. en el CCSP

En el mismo año 2005, se realizaron obras de restauración del antiguo templo y convento de S. Pablo, hoy Centro Cultural San Pablo, entre las calles de Independencia e Hidalgo, durante las excavaciones supervisadas por arqueólogos del INAH, “Se halló un muro de origen prehispánico del periodo Preclásico (aproximadamente de los años 800- 500 a. C.). Está orientado norte-sur y elaborado de cantos rodados, con una extensión de 3 m y a una profundidad mayor a los 4 m respecto al nivel actual de la calle.” Como está descrito en el informe publicado en la Gaceta del Instituto del Patrimonio Cultura No. 20 del año de 2011.

El Centro Histórico desde el surgimiento de las aldeas

Pero lo que deja fuera de toda duda, son los hallazgos arqueológicos realizados en la casa No. 1003 de la calle de Independencia, a un lado de la Proveedora Escolar, durante su restauración en el año de 2016, donde a solicitud de un particular el INAH envió arqueólogos para realizar un sondeo en el predio, en el que hallaron vestigios arqueológicos que “al revisar la cerámica del mismo nivel y de niveles más profundos aparecieron fragmentos de cerámica de la Fase Tierra Largas, fechada en el Valle de Oaxaca entre 1400 y 1150 ante de Cristo.” Es decir, al inicio de la etapa de las aldeas. (Boletín FAHHO- mayo-junio 2017)

Durante años hemos escuchado y leído apologías a la “madre patria” y a la fundación de la ciudad por los españoles, basadas en los retorcidos argumentos de Pedro Franco, sacerdote de la catedral en 1578, y repetidas hasta el presente, las cuales intentaron ocultar dos crímenes: primero el despojo de los predios de los indígenas que tenían sus casas en este ciudad, ya que después de aceptar el vasallaje de la Corona, no podían ser privados de sus bienes patrimoniales; y segundo, quedarse con las tierras otorgadas a Cortés como Marqués del Valle por la Corona. Acciones dirigidas por el primer gobernador español de Oaxaca Juan Peláez de Berrio, quien inaugura los gobiernos corruptos y ladrones que se han sucedido hasta el día de hoy, quien fue acusado por múltiples delitos cometidos a los mismos españoles por los que este siniestro personaje, es hecho prisionero y asesinado en la cárcel (Rodrigo Álvarez. 1996)

La traza astronómica de la ciudad

Por último, es importante referirse a la traza de la ciudad de Oaxaca, quien los mismos historiadores se la atribuyen al español y secuaz de Juan Peláez de Berrio, de quien se presume también hizo la traza de Cempoala y la ciudad de México, Alonso García Bravo. No puede caber falsedad más grande cuando en esa época los europeos no realizaban trabajos de planificación urbano y menos los españoles; esto se puede demostrar en los planos de las ciudades de España del siglo XVI y XVII, así como en las descripciones que hace Bernal Díaz de la gran Tenochtitlán y Cempoala, (Bernal. 1994) y Cortés en su segunda Carta de 1520 (Cortés. 1993), en las que admirados mencionan sus amplias calzadas y plazas perfectamente bien trazadas.

Hoy en día los estudios de Arqueoastronomía han demostrado que los alineamientos de las calles del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca corresponden a los alineamientos de El Mogote, Monte Albán, Mitla, Teotihuacan y otras ciudades de importancia de la región maya, tal como lo documenta el estudio “La traza urbana de las ciudades coloniales de México ¿Una herencia derivada del calendario mesoamericano?” realizado por Jesús Galindo Trejo en 2013, así como otras investigaciones al respecto.

Con estos elementos irrebatibles, solo nos queda hacer las siguientes consideraciones:

  1. la historia de la ciudad de Oaxaca se tiene que reescribir y documentar con rigor científico y apego a la verdad, no a los intereses de una decadente oligarquía que pretende legitimarse año con año en el mes de abril;

  2. Es necesario que los libros de texto de los diferentes niveles de estudio se actualicen con el propósito de que los estudiantes conozcan la verdad de la historia. Ello contribuirá a mejorar la autoestima de los oaxaqueños y a forjar una verdadera identidad cultural, sin orgullos falsos y turisteros;

  3. Es muy importante que las instituciones de los tres niveles de gobierno, en especial el INAH sean más vigilante de las obras en inmuebles que realizan los particulares o el gobierno en el Centro Histórico, a fin de documentar todos los sitios donde se trabaje, realizando sondeos arqueológicos con la supervisión de un Consejo Ciudadano del Patrimonio Histórico;

  4. Es urgente que el INAH realice un proyecto de rescate arqueológico del Centro Histórico, así como sus áreas de influencia a fin de realizar trabajos de salvamento arqueológico y estudio sistemático del antiguo asentamiento de Lu’ula-Huaxyacac-Oaxaca, comprometiéndose a difundir toda la información de interés público sobre el tema;

  5. Que el H. Ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca de Juárez, borre para siempre el vergonzoso nombre de Juan Peláez de Berrio que ostenta el jardín ubicado al lado norte del atrio del templo de la Merced (Av. Independencia con M. Doblado) y rebautizarlo con un nombre que sea del orgullo de todos los oaxaqueños y sobre todo se reivindique a los pueblos originarios, víctimas de la maldad y avaricia de aquellas primeras autoridades coloniales;

  6. Que el 25 de abril sea una fecha donde se recuerde la refundación de la ciudad como bastión del colonialismo eurocéntrico desde hace quinientos años.

Oaxaca, 31 de mayo de 2020

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Oaxaca, En la Cara de los Huajes

Por Juan de Dios Gómez Ramírez / Binigulazáa

glifo c m La antigua ciudad de Lula’a, poco a poco empieza a desvelar sus misterios, ocultos o negados por una sociedad de descendientes de colonos europeos que la invadió y sojuzgó cambiando para siempre su destino. Hoy, cuando está por cumplir quinientos años de esa irrupción, la historia reinventada por ellos comienza a derrumbarse; muy a pesar de que los epígonos del conquistador estén orgullosos de que se hayan “civilizado” a los pocos indígenas que sobrevivieron, después del más cruel magnicidio de toda la historia que costó la vida de cien millones de nativos de América en el primer siglo y medio de colonización, como lo afirma Noam Chomsky.

La eliminación física de los gobernantes, sabios y sacerdotes, así como de destrucción de sus templos, libros y bibliotecas, impidió recopilar el conocimiento que habían logrado sus habitantes, incluyendo el significado de los nombres de sus ciudades. Varios historiadores y estudiosos han acometido la tarea de dilucidar los significados que ha tenido Oaxaca, sin lograr algo concluyente. Por ello, revisaremos nuevamente las etimologías de los nombres que ha tenido y que los españoles rebautizaron como Nueva Antequera, término que deriva de anticaria “lugar de antigüedades”. Ignorándose entonces como ahora que ésta se había fundado más de mil de años antes de nuestra Era.

Partiremos del texto escrito por el acucioso investigador Juan I. Bustamante, quien recopila de diversos autores la interpretación de las etimologías de los nombres que ha llevado nuestra ciudad, en su libro “Temas del pasado oaxaqueño”. Pero iniciaré con las etimologías en lengua didyaza o zapoteco, por ser su nombre original, con la cita que nos da del historiador Manuel Martínez Gracida, escrita en 1883, de la cual se acarrea una equivoca interpretación hasta el presente, según mi humilde opinión.

Martínez Gracida escribe: Luhulaa. luhu o loho, lugar; laa, huajes. “Lugar de huajes”. Lo cual no encaja con el topónimo jeroglífico que aparece en la lámina 24 de La Matrícula de Tributos. En ella se pintó una cabeza de perfil y de cuyo rostro sale una rama de huaje con una vaina. Descartamos la palabra “lugar” pues en zapoteco es Cache, late, pecogo, chiñaa (Córdova), lata (Belmar), late, roa, ruu (Junta Colombina) y “lugar” no existe como “luhu o loho”, pero si como cara o rostro.

En el Vocabulario de Córdoba de 1578 está la palabra, tu cara y se escribe Lao, laoni.
En el Vocabulario castellano-zapoteco de la Junta Colombina. 1893 dice: cara, loo
En la Familia mixteca-zapoteca. F. Velmar. 1905: cara, looglifo mt l24
En el Vocabulario zapoteco de Wilfrido Cruz. 2004: cara, loo
En el Vocabulario del Istmo de Velma Picket. 1988: cara,
En el diccionario zapoteco español de Yojovi. 1995: tu cara, lho
En el Vocabulario de S. Mateo Mixtepec. 1997: tu cara, loó

Y para la palabra huaje o guaje encontramos:
En el Vocabulario de S. Mateo Mixtepec. 1997: guaje, la’a
En el diccionario zapoteco español de Yojovi. 1995: guaje, labada
En el diccionario Aulex en internet. Guaje, bega, labada’
En S. Miguel Tilquiapan se dice actualmente: huaje, la

Y para el nombre de Oaxaca en zapoteco lo localizamos en:
La Cartilla de zapoteco serrano de Belmar. 1890/2011: Oaxaca, Lola
En el Vocabulario de S. Mateo Mixtepec. 1997: Oaxaca, Ula’a
En el diccionario zapoteco español de Yojovi. 1995: La’a
Vocabulario zapoteco del Istmo. PV. Pickett. 1988: Lulá’
En S. Miguel Tilquiapan se dice actualmente: L’oa (Lo, cara y la, huaje)
Información personal de Eustaquio Francisco García Venegas.
En el zapoteco de S. Pedro Quiatoni actual: Looah. (Looh, cara y laah, huaje)
Información personal de Salvador Martínez.
En Juchitán actual se dice: Lulá’ (Lu, cara u ojo; lá’, huaje).
Información personal Mtro. Sabino López
En S. Bartolo Coyotepec actual: Lula’a (Lu, cara y la’a, huaje). En la Cara de los Huajes)
Información personal de Mtro. Carlomagno Pedro Martínez.
Estas cuatro últimas interpretaciones evidentemente encajan con el topónimo jeroglífico mencionado.

Así mismo en lengua ñuusabi o mixteco, Martínez Gracida usa el termino Nuhundua para denominar a Oaxaca, traduciéndolo como Tierra de huajes: Nuhu, pueblo, tierra; Ndua, guaje, Sin embargo, pueblo se dice y escribe, Ñuu. Como Ñuu Ndua, Tierra de huajes (mixteco de Cosoltepec, información de Marcial Rodríguez).
El Diccionario del idioma mixteco de Gabriel Caballero Morales. 2008 dice:
Nuu, cara y Ndua, huaje. Por lo que al unirla podríamos tener Nuundua, que podríamos interpretar como En la Cara de los Huajes, al igual que en idioma zapoteco.

Por último, revisaremos el termino náhuatl Huaxyacac, el cual fue traducido por el mismo Manuel Martínez Gracida en 1883 de la siguiente manera: Huaxin, huaje; yacatl, nariz, punta o extremidad; y c de ca, en. En la Punta o Nariz de los huajes. Interpretación que fue analizada por un sinnúmero de estudiosos oaxaqueños, citados por Bustamante, con más o menos florilegios verbales, pero sin nada nuevo de lo que planteó Martínez Gracida.

El Dr. Juan Bustamante resume: “Puede notarse el enorme peso de la costumbre, de la inercia que hace repetir sin analizar el significado de algunas palabras o frases que se oyeron alguna vez y así continúa interpretándose, aunque la equivocación salte a la vista. En el caso que comentamos, cuando aparecen otros elementos importantes y comienza a parecer que seguirá la versión correcta, brusca e inexplicablemente que las figuras representadas en los glifos prehispánicos pueden tener distintas interpretaciones o acepciones, se vuelve a afirmar que la palabra Huaxyacac quiere decir en la nariz o en la punta de los guajes, traducción poco feliz de la palabra original y cuya interpretación rígidamente anatómica y en todo caso invertida de los términos del jeroglífico de la población, en el que ciertamente aparece un rostro humano de cuyas nariz brota un guaje, pero no al revés por la sencilla razón de que los árboles no tienen nariz

Por un instante supuse que el autor de la cita tendría la solución a esa “rígida y demasiado anatómica” interpretación, pero no fue así, continuó con las otras acepciones que se le da al termino yacatl, como punta, promontorio, loma, cerrito, mogote, etc. Sin embargo, al parecer, olvidaron buscar la acepción de rostro o cara en náhuatl, puesto que los mexicas sólo traducían el nombre de los pueblos mixtecos, zapotecos u otros, que venían sojuzgando, casi textualmente al nahuatl.

Al buscar en los vocabularios encontramos la palabra xayacatl, cara, rostro, máscara. Puesto que el náhuatl es una lengua aglutinante, y dos o más raíces con afijos o sin ellos se unen para formar palabras nuevas. Podemos tomar como ejemplo el nombre de un tlatoani de Tenochtitlan, Axayacatl (1469-1481), atl, agua, xayacatl, cara, es decir Cara o Máscara de Agua.

Así las palabras huaxin, huaje y xayacatl, cara, formarían huaxyacatl, agregando al final el locativo c de co, tendríamos Huaxyacac, con la misma interpretación que en zapoteco y mixteco: En la Cara de los Huajes. Así quedaron yuxtapuestas las dos X, la cual algunos desearon convertirla en J española, no lograron tan siquiera bailarla con gracia, pues estaban lejos de comprender las tradiciones y misterios lingüísticos de un pueblo de profundas raíces culturales.

Además, cuando se quiso referir a Huaxyacac como El Cerro Cara de los Huajes, se dibujó un cerro y sobre él la cabeza con el huaje en su cara, como se muestra en la Lámina 1 de la Matrícula de Tributos, donde la rama del huaje está pegada bajo la nariz y sobre la boca, por lo tanto, se puede demostrar que la nariz no tiene nada que ver con la interpretación del topónimo de Huaxyacac.

Sin embargo, el glifo topónimo también se le pudo dar la connotación de un asentamiento de importancia política y comercial, como ahora decimos: “la cabecera municipal” o “la cabecera del distrito”. Finalmente aclaro que este ejercicio tampoco pretende ser concluyente o agotar el tema, por lo que serán los especialistas, lingüistas y hablantes de lenguas originarias, interesados en él, quienes puedan tener la última palabra.

Yatiqui Tlalixtac, Oaxaca, 15 de mayo de 2020

Bibliografía
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LAS MARIPOSAS UN PATRIMONIO NATURAL QUE EMBELLECE NUESTRO HABITAT.

EVITA EL USO DE INSECTICIDAS Y AGROQUIMICOS EN JARDINES Y EN EL PATIO DE LA CASA. LAS MARIPOSAS SON UN PATRIMONIO NATURAL QUE DEBEMOS PROTEGER

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CONTENIDOS PARA LA EDUCACIÓN INDÍGENA: LOS TRES PILARES DEL CONOCIMIENTO

Por Juan de Dios Gómez Ramírez / Binigulazáa

Importancia de la Enseñanza para la construcción de la sociedad y la cultura.

Desde la antigüedad las sociedades han desarrollado estrategias educativas para que sus conocimientos acumulados, sus experiencias e ideas no sean olvidados y garantizar su trasmisión a las generaciones siguientes, con el propósito de mejorar sus condiciones de vida.

Cada sociedad desarrolló sus propias concepciones y fines educativos, basado en sus necesidades de sobrevivencia y convivencia entre sí y con otros grupos humanos diferentes. En gran medida, estas necesidades están determinadas por los recursos que le ofrece el medio ambiente que les rodeaba y los recursos que poseen los otros grupos.

Con el tiempo se fue diferenciando la enseñanza en dos vertientes, una para la convivencia familiar y la social y la otra vertiente para obtener alimentos, producir herramientas y enseres o para la agricultura, etc. La primera fue regulada por la familia, la religión y después pasó al Estado; la segunda fue quedando en manos del Estado, los gremios y los empresarios. Actualmente la Educación pública y privada tiene como fin la capacitación y el adiestramiento para desempañar algún trabajo productivo, administrativo o militar. Es decir, convertir a los ciudadanos en mano de obra calificada destinada a la producción.

A través de la historia los maestros y filósofos idearon sus propios métodos de enseñanza, afines a sus ideas y propósitos con los recursos con que se contaba (peripatéticos, academia, memoristas, etc.) Las escuelas se fueron especializando para trabajos prácticos y productivos (construcción – artesanías – industria), agrícolas, religiosos, militares, artísticas, científicas, etc. Cada escuela estableció sus fines a partir de los intereses del Estado: sociedades agrícolas, sociedades guerreras, sociedades colonialistas o coloniales.

¿Ha habido una Educación indígena y cuáles son sus fundamentos?

Según las crónicas coloniales, los zapotecas tenía su escuela para educar a la nobleza en San Juan Teitipac, algunos supones que Dainzú era un monasterio para educar sacerdotes y médicos y en diversas comunidades los padres o  familiares se encargaban de enseñar a los jóvenes en la industria artesanal (alfarería, textiles, tallado en madera, lapidaria, cestería, metalurgia y joyería, así como música, canto, escritura, danza, pintura, etc.) Las crónicas mencionan talleres sufragados por el gobierno donde se producía y se enseñaba.

Los mexicas tenían las escuelas Calmecac y Tepochcalli. Los niños eran observados para conocer sus talentos y aptitudes, que podían estar señaladas en el Tanalpehualli (Calendario de los destinos de 260 días) y desde los 9 años comenzaban su instrucción. La enseñanza se fundamentaba en el servicio a la comunidad. El libro del Huehuetatolli nos muestra los principios éticos y morales que se les impartía a los niños y niñas, en su adolescencia y al contraer matrimonio, con el propósito de regular comportamientos y conductas positivas.

Durante la colonia los frailes enseñaron a los hijos de la nobleza indígena, para que gobernaran a los pueblos bajo el modelo y las creencias españolas. Después de la independencia los criollos republicanos consideraron que los indígenas, sus lenguas y sus costumbres eran un freno para el desarrollo de la sociedad por lo que fueron segregados; sin embargo destacaron algunos indígenas brillantes, como Benito Juárez que adoptaron la ideología liberal Europea, pues se consideraba el modelo a seguir.

Después de la Revolución de 1910, los intelectuales y maestros creían que era importante integrar a la “civilización” a los indígenas con valores occidentales y universales; erradicar las lenguas, por lo que se les prohibía hablarlas en lugares públicos y en las escuelas.

En 1935 se crea el Departamento de Asuntos Indígenas y se reconoce la importancia de recuperar las lenguas en los primeros años escolares, pero aún se cree que hay que integrar a los indígenas a una cultura nacional occidental, castellanizándolos.

En 1948 se crea el Instituto Nacional Indigenista, se capacitan promotores bilingües y se incorporan antropólogo y lingüistas para introducir programas de gobierno en las comunidades. Se invita al Instituto Lingüístico de Verano, organismo norteamericano, quienes se concentran en elaborar vocabularios, traducir la biblia en diferentes lenguas y la cooptación religiosa de los indígenas, mientras que el INI busca continuar castellanizando a los indígenas para ser integrados al desarrollo de la modernidad.

En los años 70s se crea la Dirección General de Educación Extraescolar, la cual se trasforma en la Dirección General de Educación Indígena que retoman el modelo de enseñanza Intercultural, Bilingüe y Bicultural en los primeros niveles de enseñanza. Se implementan modelos de pedagogos europeos, sin darle importancia a los contenidos.

La creación de Normales Indígenas y Universidades Indígenas, desde la década de los 90s han creado profesionistas indígenas, adaptados al modelo de sociedad capitalista occidental, convirtiéndolos en entusiastas desmanteladores del sistema comunitario de sus pueblos de origen, sin que hasta ahora se muestre un avance en la consolidación de una identidad étnica. Pues al final de cuentas se busca una licencia para un empleo mejor remunerado y trabajar, a como dé lugar, si es en la burocracia gubernamental mucho mejor.

Los libros que se editan en lenguas para primaria y educación para adultos, poco o nada se relacionan con la cosmogonía, la historia o los saberes de los pueblos originarios. Generalmente son contenidos de la sociedad occidental, pues a final de cuentas prevalece la idea integracionista.

El Conocimiento, el Arte y la Ciencia indígena

El conocimiento indígena que ha sobrevivido, generalmente ha sido menospreciado considerándolo supersticiones, folclorismo y producto de la ignorancia. A pesar de que algunos especialistas reconocen importantes logros científicos en las matemáticas, la astronomía, la medicina, la agricultura, así como en el arte y la filosofía. Estos saberes sólo son mencionados superficialmente en los programas de las universidades o normales indígenas, haciendo mayor énfasis en la ciencia y el arte de Europa y los Estados Unidos.

El arte indígena es supeditado a los criterios del arte occidental, los artistas indígenas tienen que occidentalizarse en instituciones escolares oficiales o ser reconocidos por la “critica” para ser considerados artistas, así como sus obras.  De otra manera sólo quedan condenados a ser solamente maestros artesanos. El Arte y la artesanía de los pueblos, solo son útiles como folclor o en el mercado, siendo la mayoría de los maestros artesanos artistas anónimos. Solo el arte prehispánico es considerado como tal, por los especialistas y críticos de arte del mundo occidental.

El colonialismo y la Educación hegemónica.

A partir de la colonia y hasta el presente prevalece una ideología hegemónica, que deviene desde el gobierno quien impone y decide que conocimientos y valores deben de enseñar los maestros a los indígenas. Esos valores se reafirman también a través de la iglesia y los medios de comunicación. Con ello se difunden ideas y criterios como los estereotipos de belleza, del modelo de vida, del consumismo, la moda, el comportamiento social, etc.

La descolonización se inicia identificando cuáles son esos valores ideológicos que son impuestos a las comunidades indígenas y que niegan u omiten los propios; identificar la historia y las costumbres positivas para las culturas originarias. Es necesario reconocer que se vive un sistema colonial soterrado cuyo propósito ha servido para someter, explotar y discriminar a los pueblos indígenas, estableciendo un discurso educativo donde ésta forma de opresión se hace sentir como si fuera lo normal o natural y que siempre ha sido así, por lo que no se puede hacer gran cosa para cambiarlas, a menos que el gobierno lo haga.

La educación colonizadora, se sostienen en la creencia de que su superioridad radica en la ostentación de riqueza material, el origen europeo, el color de la piel, el control del gobierno y la imposición con violencia de sus leyes, su religión y su lengua, así como el monopolio del conocimiento.

La educación descolonizadora se sustenta, no en la pedagogía o la didáctica, sino en la restitución del pensamiento sistematizado de la historia, ciencia, el arte y la filosofía de los pueblos originarios. Construir estas columnas del saber soportarán la cultura, la identidad descolonizada y el arraigo de la comunidad, al territorio y a las raíces que le dieron origen. Lo que no significa retornar al pasado, sino identificarlo, reconocerlo y recrearlo en el presente como la sustentación de la reconstrucción social y cultural del futuro inmerso en la multiculturalidad y multinacionalidad.

Construcción de los Pilares del conocimiento.

Para construir un modelo Educativo Multinacional, no sólo multicultural, implica ensamblar los diversos modelos educativos de las diferentes Naciones indígenas a la del gobierno central, reconociendo la diversidad cultural, el plurilingüismo y las variadas historias nacionales que convergen constantemente en la historia del país. Cada Nación indígena necesita reconstituir sus saberes e historia locales, su modelo educativo propio a sus conocimientos y necesidades locales, nacionales e internacionales, para fortalecer sus lenguas, como medio comunicativo, en un ámbito de equidad y colaboración.

Asumir que la colonización aún no concluye en el país, permitirá saber cómo se manifiesta y frenar su misión depredadora de las culturas originarias. Estas acciones podrán develar los pensamientos y sabidurías (arte, filosofía y ciencia) que prevalecen y que han venido siendo negados y destruidos en los quinientos años de colonialismo.

Solo así, se podrá  vislumbrar qué es lo que se preserva y qué ha desaparecido. Colocar cada parte conocida en su lugar del modelo constructivo y recrear las partes desparecidas en una especie de rompecabezas, donde nos faltan muchas piezas por reconocer. Solo así es posible tener la noción de lo faltante y lo que deba ser reconstruido o dejar el espacio vacío, hasta que se pueda resarcir.

El proceso de reconstrucción del conocimiento será un camino largo, que requerirá esfuerzos importantes de cada profesor, académico, científico y ciudadano indígena y no indígena; pero es importante empezar ahora con lo que ha prevalecido a través del tiempo. Estos saberes constituyen los soportes o pilares de las sociedades y que le dan sus propias fisonomías como los rasgos culturales: el Arte, la Filosofía y la Ciencia. Pues, aunque hay muchas cosas en común entre los diversos pueblos originarios, cada uno le imprime su propia característica, en sus lenguas, en las variantes dialectales, las comidas, los vestidos o las formas de interpretar la justicia, los rituales, entre muchos ejemplos más.

El Pilar del Arte.

Los pueblos antiguos desarrollaron las artes en todas las disciplinas logrando expresiones universales, que hoy son reconocidas por expertos de todo el planeta. En las artes plásticas, la escultura, la arquitectura, los textiles, la plumaria, la metalurgia, la literatura, el teatro, etc. Solo algunas manifestaciones fueron completamente destruidas o substituidas por los conquistadores como la música y la danza, otras quedaron mezcladas como la gastronomía, las artesanías y las fiestas por citar las más destacas manifestaciones artísticas.

Estas evidencias históricas del arte, permiten construir la columna del pensamiento estético y a través de él reconstruir, en gran medida los otros pilares de los saberes de las sociedades pretéritas que se mantienen vivas y dinámicas. A través de los vestigios arqueológicos, las pinturas murales y rupestres, las esculturas, la cerámica, los códices, los diseños de los vestidos, etc.

Será un compromiso de los estudiosos indígenas y no indígenas, esforzarse por registrar e reinterpretar estos elementos que constituyen las páginas del gran libro de historia de sus pueblos, aún no escrito por ellos mismos. Estas investigaciones y sus resultados deberán divulgarse para que se conozcan desde los primeros niveles de enseñanza, los intermedios y los superiores, como lo propio y las raíces culturales.

El Pilar de la Ciencia.

Es evidente que el monopolio de la ciencia la tienen los países imperialistas a través de sus universidades y centros de investigación, siendo estas instituciones quienes califican los saberes, apropiándoselos, teniendo su origen muchos de estos conocimientos en los pueblos colonizados (árabes, persas, hindús, orientales y mesoaméricanos), sin embargo discriminan qué es científico, artísticos o filosóficos y que no, según sus intereses económicos, ideológicos y hegemónicos.

A pesar de que no se reconocen como científicos los saberes indígenas, si aceptan su efectividad. La ciencia de los pueblos mesoamericanos debe integrarse a las curriculas de enseñanza en todos sus niveles, algunos de éstos son: las matemáticas, la astronomía, los calendarios, la medicina tradicional (hierberos, hueseros, sobadores, parteras, nahualismo, etc.), la agricultura de la milpa y la silvicultura, la apicultura, la zoología, la botánica, entre otras.

Por ejemplo la astronomía, actualmente se reconocen importantes y asombrosos avances logrados en aquellos tiempos, pero sólo lo  saben los especialistas y en las escuelas se mencionan como cosas de museo. Sin embargo el aprender a medir el tiempo a través de un calendario más perfecto que el gregoriano, como el mesoamericano, nunca estará de más y permitirá visualizar otros aspectos prácticos de la vida, como en la agricultura, en los cambios estacionales y su relación con la salud del individuo. Así también permitirá poner los nombres calendáricos o astronómicos en los niños y niñas si no se desean ponerles nombres en latín, griego o anglosajon, cuyos significados generalmente se ignoran.

Otras culturas como la judía, la china, la hindú, etc. Tienen sus propios calendarios y además manejan el occidental o gregoriano para negocios o viajar a Europa o a su campo de influencia. Eso no los hace menos inteligentes o subdesarrollados, sino al contrario. Añadir estas nociones en la corricula desde los niveles elementales, fortalecerá el interés, la autoestima y nuevos valores de arraigamiento en los estudiantes indígenas y no indígenas.

El Pilar de la Filosofía.

Los cursos regulares de filosofía, desde el bachillerato, solo se circunscriben a los griegos y a los europeos, los otros pueblos como China o la India se observan superficialmente y solo en su antigüedad. Pero de la filosofía mesoamericana nunca se hace referencia, como si no existiera. Sin embargo, ésta comprende todos los ámbitos de la vida cotidiana, social, laboral y espiritual; su enseñanza empieza desde los primeros años de los niños, sin que nadie lo mencione o tenga conciencia plena de ello.

En este pilar de la construcción del pensamiento, la filosofía de los pueblos indígenas, abarca los ámbitos de la cosmogonía, es decir los mitos de origen de las cosas y seres, las divinidades, los héroes mitológicos e históricos, las leyendas, las consejas, que no se han contaminado con otras influencias coloniales. Lo mismo, los aspectos de la educación, los valores y conocimientos del ser humano; las lenguas originarias y sus sistemas de escrituras. Los valores y criterios acerca de la impartición de la justicia; la espiritualidad, la religión y su sincretismo con el catolicismo, los atributos de las divinidades en relación con la buena convivencia entre los individuos y la naturaleza, etc. No se trata de volver a las antiguas religiones o modos de vida, sino más bien entender por qué y cuál es el sentido de sus rituales religiosos y espirituales que aparecen intermitentes en el cristianismo mexicano, en forma de sincretismo religioso.

La convivencia entre lo diverso.

El proceso de globalización no se inició a partir de que se puso en boga el término, sino desde hace mucho tiempo, para algunos desde la llegada de los europeos a América y se agudizó con el expansión del colonialismo imperial que impuso sus modelos en todos los países y territorios que invadían, llamándole “civilización”, destruyendo todo lo se que encontraba a su paso y no comprendían.

A pesar de que se impusieron a sangre y fuego valores, leyes, religión y lenguas en los países colonizados, siempre se mantuvo una resistencia cultural de los pueblos sometidos. Esta resistencia permitió la sobrevivencia de aspectos de las culturas subyugadas hasta nuestros días. Con el tiempo, se fueron conquistando ciertas libertadas que han permitido que vuelvan a resurgir y a florecer. Ello no puede existir bajo la condición de tolerancia que otorgan gobiernos seudoindependientes como el nuestro, con una burguesía servil a las órdenes y caprichos del imperio. Los contenidos educativos se deben plantear en un plano horizontal de convivencia, de respeto y solidaridad con soberanía y autonomía.

Todas las creencias y culturas pueden coexistir, sin imponerse unas sobre las otras, las mayorías sobre las minorías o viceversa. El término “tolerancia” conlleva un mensaje de hipocresía, que con el tiempo o bajo ciertas circunstancias, se reinicie la censura, las prohibiciones o la persecución de los “tolerados”, por el supremo gobierno. Por ello tienen que establecerse en un mismo nivel de respeto recíproco y reconocimiento en igualdad de derechos.

El desmantelamiento del pensamiento hegemónico.

Una característica del colonialismo imperial, en todas las regiones de la Tierra donde se ha establecido, es que impone sus modelos de desarrollo, de educación, de autonomía, de ciencia, de arte y de religión, así también de democracia y de gobierno. De no ser como les conviene, generalmente buscan destruir, someter, encarcelar, expulsar o asesinar.

Los procesos y modelos Educativos para los pueblos originarios se tienen que orientar hacia la descolonización, para eliminar las ideas supremasistas, racistas, autoritarias, dogmáticas, unilaterales, antidemocráticas y conservadoras.  Ello requiere incidir en los procesos autonómicos de cada nación originaria, en las formas de educación y de gobierno que decidan para sí mismas. En el establecimiento de estrategias diplomáticas y movilizaciones sociales para obligar a los gobernantes no indígenas que orbitan en el modelo capitalista subordinado, para abrir procesos de diálogo, análisis y decisiones amplias, informadas y autogestivas y no en consultas de mero trámite burocrático.

Educación para la Libertad y Convivencia.

La enseñanza convertida en educación pública y familiar es posible encaminarla a un modelo de sociedad que pueda elegir su porvenir de manera informada y colectivamente, con independencia y soberanía territorial y cultural, establecer vínculos de todo tipo con los pueblos y sociedades culturalmente diferentes y con modelos de desarrollo distintos en un ambiente de respeto, colaboración y solidaridad.

Reconstruir estos tres pilares de los saberes de los pueblos indígenas, permitirá desarrollar los métodos y estrategias de enseñanza, pues se ha trabajado mucho en este último aspecto, dejando de lado los contenidos, permitiendo que la educación indígena sea una correa de trasmisión de la ideología dominante que depreda y lucra con las culturas originarias.

Xoxocotlán, Oaxaca a 12 de marzo de 2019.

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La Comunalidad y los comunalistólogos

LA PIEDRA ANGULAR DE “LA COSA”

Por Juan de Dios Gómez Ramírez / Binigulazáa

El anuncio del 2º Congreso Internacional de Comunalidad, que se realizará en el estado de Oaxaca la segunda semana de marzo del presente año, me hizo desempolvar algunos textos y libros que versaban sobre el tema, el cual ha cobrado cierta importancia en el ámbito académico y en el activismo social, como un elemento central de un discurso de reivindicaciones étnico cultural.

En lo particular lo que he leído y entendido de este postulado teórico desarrollado inicialmente por Floriberto Díaz, antropólogo ayuuk, quien elaboró una propuesta “teórica analítica-nativa”, con la que se pretende analizar las estructuras y superestructuras que sustentan a la comunidad indígena y obtener de este análisis una interpretación antropológica desde la realidad de los propios sujetos. A este postulado teórico lo nombró Comunalidad.

La mayoría de los estudios realizados posteriormente a los escritos de Floriberto coincidían en que, el postulado de la Comunalidad se entiende a través del análisis de los elementos siguientes propuestos por Floriberto Díaz:

  1. La posesión del territorio comunal, bajo la concepción de la Madre Tierra.
  2. La Asamblea de ciudadanos como máximo órgano de gobierno.
  3. El Sistema de Cargos, como ejercicio de la autoridad
  4. El trabajo colectivo comunitario
  5. la espiritualidad comunal y las festividades religiosas.

Estos postulados, conforman un modelo de organización social, sustentados en un territorio sagrado (comunal), que les da abrigo y alimento, donde se reúnen en asambleas para tomar acuerdos,  en ella la comunidad celebra grandes festividades, compartiendo los dones que la Madre Tierra les ha otorgado, gracias al trabajo comunitario donde todos han participado, pero también oran para que el gobierno y los grandes comerciantes no venga a despojarlos de parte de la cosecha o el territorio, pues viven sometidos a un modelo colonial, que les concesiona una autonomía relativa. Ya que el gobierno nacional y estatal impone las leyes de gobernar.

Comunalidad como “noción epistemológica”, es un término le da cierta categoría académica, pero a mi parecer, requiere aún desarrollar las nociones teóricas propuestas por Floriberto, y una sincera reflexión que le diera sustentación científica, así como establecer delimitaciones epistemológicas desde una concepción teórica occidental, no occidental, universal, sincretizada, etc., considerando que se trata de comunidades colonizadas y sometidas, donde prevalece un Estado ajeno, omnímodo y hegemónico, así como rodeados de una sociedad con valores y principios culturales occidentales. Y aún dentro de la comunidad prevalecen esos valores ajenos, impuestos desde la religión, la educación, el sistema de salud, las Leyes nacionales, asociaciones civiles, etc., cuyos principios se sustentan en la propiedad privada, el individualismo y contrapuestos cotidianamente a las costumbres y tradiciones comunitarias.

Aun así, las comunidades y su arraigo cultural prevalecen, muy dañado, pues elementos centrales de su cosmología han sido sustituidos por otros elementos ajenos, que habrá de recuperarlos y restituirlos, aunque ya no igual a sus usos originales, sino como valores trasmitidos por generaciones que deben prevalecer. El modelo construido por Floriberto Díaz es fruto de sus lecturas y reflexiones, pero sobre todo del conocimiento que le da el ser parte del “objeto de estudio”, desde una plena conciencia ayuuk, donde reconoce que los pueblos indígenas necesitan la unidad para garantizar que el Estado reconozca sus derechos culturales, la autonomía territorial y jurídica para mirar y actuar desde la perspectiva descolonizadora. Sin embargo, al modelo le faltan elementos que enlacen y articulen a las comunidades aparentemente aisladas, de hecho, no habrá que inventarlo o sacarlo de la chistera idealista.

El elemento de enlace de la comunalidad

 

Desde que se forman los primeros aldeas y pueblos en Mesoamérica, estos se asentaron en rutas de tránsito de viajeros nómadas o migrantes, eso les permitía intercambiar productos e información. Con la conformación de las Naciones – Estado como Monte Albán, estaban establecidas largas rutas de mercaderes e informantes quienes daban razón de cualquier novedad a sus señores. La ruta que unía Teotihuacan con Centroamérica, y las que unían con las costas oceánicas, durante varios siglos fue controlada por los zapotecas, sistema que prevaleció los tiempos coloniales, no así el control zapoteco. De esas rutas comerciales se sustentaban los sistemas de mercados o día de tianguis, que mueven los activos a regiones insospechadas, soportando una economía, que el Estado actual, sería incapaz de organizar, toda la distribución, el cambio y el consumo de la producción de diez mil comunidades indígenas.

Durante la opresión colonial es el mercado, las fiestas patronales y los santuarios, lo que conforma un pilar del resistencia económica y política, mantiene la vinculación intercomunitaria, y donde se refrendan los valores históricos y espirituales. En el presente, los mercados, no solo son un atractivo turístico, sino continúan siendo, en buena medida, un soporte de la economía comunitaria y un medio de socialización de la interculturalidad no oficial. Las comunidades indígenas no son autosuficientes, siempre han requerido de suministros que no pueden producir para su vida privada o comunitaria. Entonces, este sistema de distribución y cambio aprendió a prevalecer durante medio milenio bajo el yugo colonial y neocolonial, sometida a un modelo de explotación y discriminación, a veces muy bien disimulado, y a pesar de ello se ha mantenido dignamente. La distribución y el intercambio permite que el dar, el intercambiar y el consumo, cierren el circulo de la producción que les da la tierra, nuestra Madre.

El sistema de mercados que encontraron los españoles, estaban muy bien organizados y los que tenemos en Oaxaca han sobrevivido al empuje brutal del capitalismo, han sabido adaptarse en algunos casos y en otros ha sido la persistencia a la necesidad. Hace unos 20 años todavía se podían observar transacciones a base del trueque. Los estudios realizados al respecto demuestran la eficiencia de este sistema, desconocido en su complejidad y orden por los europeos del siglo XVI y que en el presente permite el abasto en amplias regiones y el intercambio de infinidad de productos de climas diversos, revitalizando periódicamente las pequeñas economías comunitarias. Sin esta estrategia, muchas comunidades ya se hubieran colapsado social y culturalmente.

 

Comunisteros o comunalisteólogos

Sin embargo, en la búsqueda de mayor sustentación de esta sospecha teórica, cayó en mis manos un libro, donde entrevistan a Noan Chomnsky y varios intelectuales indígenas y académicos hacen sus aportaciones en torno a la Comunalidad y la Educación indígena. En general me parece un buen ejercicio intelectual de los participantes y sobre todo de quienes han leído el texto; en fin, el texto cumple su propósito de sustentar una teoría, que permita mostrar los fundamentos sociales de la resistencia cultural. Y es gracias al artículo del maestro Jaime Luna Martínez, que titula “El Cuarto Principio” haciendo alusión a la Ley de Educación del estado de Oaxaca, en el que me tropiezo con los indicios que me llevarían al hallazgo de la piedra angular de todas estas reflexiones comunalisteológicas. Citaré el párrafo integro, porque será la guía de algunas reflexiones que ayudaron a encontrar la llave donde se accede a la piedra angular:

Contexto conceptual de la idea: En 1856, Carlos Marx escribía en sus apuntes conocidos como los “Grundrisse” sobre la existencia de un comunalismo, partiendo de las experiencias azteca, iroquesa y oriental, tanto hindú como China (incluso se acuñaría la noción de modo de producción asiático). Descubría valores y modos organizativos diferentes. Sin embargo, sus reflexiones eran muy pesimistas, pues consideraba que eran culturas destinadas a desaparecer porque, para él, el desarrollo industrial hacía del obrero el sujeto responsable de las transformaciones sociales y económicas.”

Me detendré un poco, para hacer unas aclaraciones pertinentes, acerca de estas afirmaciones, que me helaron la sangre, por lo que recurrí a releer la “Introducción general a la crítica de la economía”, uno de los escritos medulares que integran los tres voluminosos tomos de densas reflexiones del nativo de Tréveris, que se conocen como los “Grundrisse”. Es muy probable que este sea el documento que refiere el maestro Jaime Luna, por lo que trata de explicar. El texto fue escrito para ser el prefacio de su obra monumental “Contribución a la crítica de la economía política», mejor conocida como el Capital. El documento fue redactado entre agosto y septiembre de 1857, y no se publicó por que el mismo Marx explicó que sería un embrollo para el lector empezar con los resultados de su investigación. Por lo cual quedó archivada y fue hasta 1903 que se publicó en alemán, y se le llamó “grundrisse” (trazos del basamento). Y publicada en español después de los años 50s.

En la época que Marx escribe, la segunda mitad del siglo XIX, los estudios etnográficos y antropológicos sobre los pueblos indígenas de América eran todavía escasos y Marx se tuvo que conformar con algunas investigaciones de nortemericanos y los estudios de los celtas antiguos, los eslavos y los hindúes. Sus incipientes escritos sobre China se basaba en las noticias que llegaban por la expansión colonial de Inglaterra en Asia, escritos que permitieron a investigadores posteriores, como Wittfogel, acuñar el término de “modo de producción asiático” en 1920. Marx, en el Grundrisse mencionado, establece los fundamentos de la formación de las sociedades primitiva, basada en la producción comunal o si se le gusta llamar en el modo de producción comunal o antiguo, estableciendo un modelo para el análisis de las sociedades posteriores, de diferentes modos de producción.

Marx en el escrito no menciona descubrimientos de valores y modos organizativos diferentes, más bien, establece un modelo de desarrollo a partir de la producción en general, sobre la base material que es la tierra, para satisfacer las necesidades humanas; la producción va a estar en relación directa con las condiciones naturales y sociales, el tipo de posesión de los medios de producción, las Leyes o las costumbres; analiza las relación de los humanos con la producción, distribución, intercambio y consumo que permitirían el desarrollo de las fuerzas productivas, hasta el presente.

Refiere, el aborigen germano, que los pueblos conquistados por un pueblo de otro de modo de producción diferente podrían prevalecer tres formas: la del pueblo vencedor, la del pueblo vencido o la combinación de los dos modelos, determinados por la influencia del entorno natural y social. Este dato es central para identificar el tipo de propiedad y la distribución de la producción. Y agrega que “Un pueblo conquistador divide al país entre los conquistadores e impone así una determinada repartición y forma de propiedad territorial; determina, por consiguiente, la producción. O bien reduce a la esclavitud a los conquistados y convierte así el trabajo esclavo en la base de la producción. O bien un pueblo, mediante la revolución, fragmente la gran propiedad territorial y da un carácter nuevo a la producción por medio de esta nueva distribución.

Releí el texto varias veces buscando dónde Marx hacía la afirmación que sostiene el maestro Jaime Luna, que:   «pues consideraba (Marx) que eran culturas destinadas a desaparecer porque, para él, el desarrollo industrial hacía del obrero el sujeto responsable de las transformaciones sociales y económicas.”, pero no encontré dichas afirmaciones, al contrario, me encontré dos importantes acotaciones, que contradicen el dicho de Jaime Luna.

Cuando Marx se refiere a la producción en general, este concepto va a ser el eje del análisis de la economía política. Los humanos no sólo producen objetos materiales, sino también producen ideas. Ideas que sirven para organizar la producción, la sociedad y pensamientos abstractos que crean los elementos icónicos que van conformando la cosmovisión, es la cultura. “El hombre es, en el sentido más literal, un animal político, no solamente un animal social, sino un animal que solo puede individualizarse en la sociedad.” Es decir, inmerso en su cultura; en nuestros días es evidente la fuerte sincretización del catolicismo por el pensamiento indígena en sus rituales, pese a la permanente influencia de la televisión privada y otros medios que difunden solo el modelo occidental, como el ejemplo a seguir.

Pensar que la proletarización de un pueblo y el desarrollo tecnológico provocará la desaparición de las culturas, es solo una idea insostenible del maestro Luna Martínez, pero el maestro Marx no dice que eso pudiera ocurrir por efectos de una revolución proletaria y el desarrollo de las fuerzas productivas, pues unos párrafos más adelante señala que “Ciertas determinaciones serán comunes en la época moderna y a la más antigua. Sin ellas no podrían concebirse ninguna producción, pues si los idiomas más evolucionados tienen leyes y determinaciones que son comunes a lo menos desarrollados, lo que constituye su desarrollo es precisamente aquello que lo diferencia de estos elementos generales y comunes.” ¿Si la lengua no es el mejor medio de trasmisión de la cultura, que otro medio más efectivo se pueda emplear?

Ahora el maestro Jaime Luna no tendrá que preocuparse del proceso de industrialización, pues ello se ha venido practicando desde la colonia con las minas y los repartos de tareas, los aserraderos, etc. Hoy en día surgen pequeñas industrias y empresas comunitarias, en Ixtlan, Capulalpam, etc. que emplean obreros locales, que a la vez pueden seguir siendo campesinos, hablar el zapoteco y estar dando su “servicio o cargo” en el municipio. Los pueblos tendrán que esforzarse por hacer un aprovechamiento planificado de los recursos naturales con los que cuenta, para generar empleos e ingresos comunales, si no quieren que sus hijos tengan que migrar para trabajar en una ciudad como obreros o esperar a que las nuevas generaciones fraccionen las tierras comunales y las venden al mejor postor privatizándolas, con o sin anuencia de la Asamblea de Ciudadanos o Comuneros, como está sucediendo.

A punto de concluir su artículo el maestro Jaime Luna señala a manera de conclusión y con una aparente solvencia teórica: “Marx tenía en su información un abrevadero importante (sobre todo bibliotecas) para aprender nuestra longevidad social, pero lo atraparon la industria y el papel protagónico del obrero. Y ya saben en que quedó la cosa.”

¿Y en que quedó la cosa? ¿Pero a que cosa se refiere, el maestro? ¿En realidad alguien sabe en qué quedó la cosa? ¡Quizá se refiere a la industria de China?… ¿a la educación y la salud en Cuba? o ¿al fracaso de los partidos comunistas en la URSS y otros países?, ¿a la caída del muro? o ¿aplica una estratagema de los ideólogos idealistas, para rehuir a debatir ideas y descalificar sin argumentos teórico?

La piedra angular de “la cosa”

Entonces, veamos “la cosa” detenidamente, pues quizá es la piedra angular para dilucidar el modelo desarrollado por Floriberto, que no quiso mencionar Jaime Luna, para analizar y comprender  la Comunalidad frente otras sociedades en sus diversos estadios, con modos diferentes unas de otras, sustentadas en la posesión de la tierra comunal o privada, por lo que analizaremos los postulados paralelamente, para observar el evidente paralelismo en la estructura de ambos modelos o la trasposición de un enunciado teórico indígena y el materialismo histórico desarrollado por el autóctono de Alemania.

Si hacemos la comparación con el modelo que presenta el antropólogo Floriberto Díaz, encontramos los elementos análogos que presenta Marx en el escrito en mención:

  1. Como el territorio, la Madre Tierra, la sustentadora de todas las cosas que habitan encima y dentro de ella. Marx dice en torno al mismo concepto: “Las determinaciones que valen para la producción en general son precisamente las que deben ser separadas, a fin de que no se olvide la diferencia esencial por atender sólo a la unidad, la cual se desprende ya del hecho de que el sujeto, la humanidad, y el objeto, la naturaleza, son los mismos.”, despojado de todo espiritualismo y religiosidad, es lo mismo.
  2. El trabajo comunitario, la gozona, la Guelaguetza, la mano-vuelta, instituciones de origen precolonial, que sustentan el modelo de producción mesoamericano. Se tiene conocimiento que un gran número de pueblos de diferentes lenguas, mantenían estas prácticas de reciprocidad. Marx, dice: “Toda producción es apropiación de la naturaleza por parte del individuo en el seno y por intermedio de una forma de sociedad determinada.” Es decir, que no actúa por iniciativa propia o de otra manera “La propiedad (la apropiación -del territorio-) es una condición de la producción.” Por ello la importancia de legitimarla desde los tiempos primigenios, por conquista, por herencia o por compra. A principios de la conquista los pueblos originarios nombraron a sus gobernantes locales al modo español y estos mandaron a pintar en lienzos las delimitaciones de sus territorios. Las cuales fueron reconocidos por la Corona y respetados, hasta cierto punto, hasta tiempos de la Leyes de Reforma. que fue la primera privatización de las tierras comunales, encabezada por los liberales.
  3. La Asamblea de ciudadanos o comuneros como la máxima autoridad. El Sistema de cargos como ejercicio de autoridad. El Sistema comunal de Justicia. La estructura Religioso-militar, como los mayas del sur de Quintana Roo. En este apartado unimos dos “elementos” del postulado de Floriberto, porque están intrínsecamente relacionados como formas de gobierno, y que Marx lo explica de la siguiente manera. “La protección de lo adquirido, Etc. Cuando se reducen estas trivialidades a su contenido real, ellas expresan más de lo que saben sus predicadores. A saber, toda forma de producción engendra sus propias instituciones jurídicas, sus propias formas de gobierno.”
  4. En este apartado incluí la distribución y el cambio, que el modelo Comunalista no ha considerado tácitamente. El tipo de posesión de la tierra y de los medios de producción nos indicarán quien recibirá los beneficios, antes que el producto llegue al mercado. El análisis de este apartado nos puede mostrar quiénes y cómo se distribuirá el producto de la tierra, antes de llegar al mercado y su excedente cómo se intercambiará ya sea como productos, servicios o materia prima. En este sentido el indígena germano refiere: “en la producción los miembros de la sociedad hacen que los productos de la naturaleza resulten apropiados a las necesidades humanas (los elabora, los conforman); la distribución determina la proporción en que el individuo participa de estos productos; el cambio le proporciona los productos particulares por lo que él desea cambiar la cuota que le ha correspondido a través de la distribución.”
  5. la espiritualidad comunal y las festividades religiosas. Gran parte de las celebraciones espirituales o religiosas tienen dos objetivos centrales: ser propiciatorias o de agradecimiento. Generalmente asociadas a aspectos agrícola, la salud familiar o de la comunidad.

Por ello podemos ver que detrás de estas manifestaciones esta la posibilidad de acceder a los productos necesarios para la vida y esto lo simplifica Marx, cuando escribe “finalmente, en el consumo se convierte en objetos de disfrute, de apropiación individual.” En una sociedad comunitaria, una parte del producto se distribuye en celebraciones colectivas y rituales de agradecimiento por los bienes obtenidos de la Tierra y del mercado.

Pero el indígena alemán resume el modelo que sustentan desde las sociedades precapitalista hasta el modelo neoliberal capitalista así: “La producción crea los objetos que responden a las necesidades; la distribución los reparte según sus leyes sociales; el cambio reparte lo ya repartido según las necesidades individuales; finalmente, en el consumo el producto abandona este movimiento social, se convierte directamente en servidor y objeto de la necesidad individual, a la que satisface en el acto de su disfrute.”

Y remata señalando, el germano con dedo flamígero “La producción aparece, así como punto de partida, el consumo como punto terminal, la distribución y el cambio, como el término medio, termino que a su vez es doble, ya que la distribución está determinada como momento que parte de la sociedad, y el cambio, como momento que parte de los individuos. En la producción la persona se objetiviza, en el consumo la cosa se subjetivisa. En la distribución, la sociedad asume la mediación entre la producción y el consumo por medio de determinaciones generales y rectoras; en el cambio, la mediación se opera a través del fortuito carácter determinado del individuo”

Un modelo en desarrollo o un plagio teórico

En realidad, no pensaría que Floriberto Díaz haya tomado el modelo marxista para analizar y comprender el desarrollo de su comunidad y en general de los pueblos indígenas de Oaxaca y presentarlo como su modelo teórico. Más bien pienso que estaba iniciando la disección de estos elementos y cómo encajaban en su realidad comunitaria, pues es evidente que en los años de estudio en la ENAH haya tenido en sus manos y leído los textos de Marx y no se haya inclinado por el pensamiento de los antropólogos idealistas que justifican la existencia del capitalismo y el colonialismo como un proceso natural.

Sin embargo, no pienso así de algunos seguiroes de Floriberto Díaz, quienes se han montado en sus ideas para crear una “noción epistemológica”, y justificar el status quo de sociedades indígenas bajo la hegemonía de una sociedad dominante, que les impone un modelo de desarrollo sin consultarles. Donde las iniciativas de los pueblos, que son aceptadas por el gran gobierno, al poco tiempo las retuercen convirtiéndolas en caricaturas inútiles como los esfuerzos hechos en educación intercultural, traductores en lenguas originarios en los procesos judiciales, Etc. El ejemplo más lamentable es la normal bilingüe bicultural de Tlacochahuaya, de donde ahora egresan neocolonizadores indígenas, dispuestos a desmantelar lo poco que queda de las estructuras culturales de sus propias comunidades.

Pero el autóctono de germania es implacable con los epígonos del capital y para los que no les cayó el veinte, remata diciendo en el mismo texto, para que hagamos sanas analogías: “Producción, distribución, cambio y consumo, forman así un silogismo con todas las reglas: la producción es el término universal; la distribución y el cambio son el término particular; y el consumo es el término singular con el cual el todo se completa.”

Por lo que podríamos organizarlo de mejor modo para su comprensión:

  1. La Tierra, bajo la concepción de la Madre Tierra.
  2. La posesión del territorio comunal, así como sus productos. El trabajo colectivo. Instituciones comunitarias: tequio, Guelaguetza, gozona, mano vuelta, etc . (La Producción, el trabajo)
  3. Asamblea de ciudadanos como máximo órgano de gobierno. Las formas de gobierno comunal. El Sistema de Cargos, como ejercicio de la autoridad. Normas de justicia comunitarias. (la Distribución)
  4. El sistema de mercados, las fiestas patronales, los santuarios. La compra, la venta, el trueque de la producción. (El Cambio)
  5. la Espiritualidad Comunal y las festividades patronales, mayordomías, el convite. El consumo final en los hogares. (El Consumo)

Espero que la solvencia teórica de los principales promotores del Comunalismo, les permita considerar la importancia del estudio y comprensión del marxismo, como una herramienta de análisis y discernimiento de estos asuntos y autocríticamente deslindarse de posturas colaboracionistas con el Estado opresor, pues el hecho de quejarse del mal gobierno neocolonialista, no implica necesariamente que se quiera cambiar el Comunalismo subordinado y sometido al supremo gobierno. Solo espero que los seguidores de Floriberto Díaz, para honrar sus esfuerzos teóricos, se tomen el tiempo necesario para releer el texto fundamental del Marx en cuestión, pues esto le daría un giro al atolladero idealista y rencausar el desarrollo de la Comunalidad a una praxis descolonizadora.

Este ejercicio teórico no tendría sentido si no se buscan alternativas reales que permitan reconstruir las estructuras y la superestructura de los pueblos originarios, muy destruidas y dañadas, para reconstituirse en naciones autónomas, que puedan tener en sus manos las riendas de su futuro como naciones, sin el tutelaje del supremo gobierno, cuyo proyecto esta circunscrito en el neocolonialismo liberal, así algún día podremos nombrar al país como la República de las Naciones de México.

Xoxocotlán, Oaxaca 8 de marzo de 2018.

Juan de Dios Gómez Ramírez / Binigulazáa

TEXTOS RELEIDOS:

VARIOS AUTORES. Comunalidad y resistencia indígena en la era global. CMPIOCSEIIO, Sria. Asuntos Indígenas de Oaxaca. 2010.

EDUCACION COMUNAL. Varios autores. Revista oaxaqueña para el diálogo intercultural. CSESIIO, CEEESCI, Univ. de Leiden, SER AC, World Learning. 2009

KARL MARX. Introducción General a la Critica de la Economía política (1857). Ed. Cuad. De Pasado y Presente. 1974.

KARL MARX y E. HOBSBAWM. Formaciones Económicas Precapitalistas. Ed. Cuad. De Pasado y Presente. 1980.

BENJAMIN MALDONADO A. Autonomía y Comunalidad India. Ed. CMPIO, Sria. Asuntos Indigenas, INAH-CONACULTA, CEDI. 2002

FLORIBERTO DÍAZ GÓMEZ (Textos). Declaración Universal sobre los Derchos Indígenas. Ed. INI, SER AC, DES-ENAH. 1990

VARIOS AUTORES. Estudios y debates sobre Multiculturalismo y Derecho Indígena desde las visiones México – España. Ed. CEJ UABJO y FDSCUABJO. 2008.

VARIOS AUTORES.  Coloquio Sobre Derechos Indígenas. IOC – GEO. 1996

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